Un año de sanción para dos jugadores por la agresión a un árbitro en Fisterra

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

JORGE PARRI

Es uno de los castigos más elevados fijados por el comité en 14 temporadas

23 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una sanción ejemplar. Así se podría definir el castigo impuesto por el comité de la Asociación Liga da Costa de Veteranos contra dos jugadores del Fisterra por los altercados ocurridos el pasado fin de semana en el campo de fútbol de Ara Solis. Los rectores del fútbol veterano castigaron a los centrocampistas José Manuel Martínez Abuelo y Mamadou Mbengue con un año sin poder jugar un partido con el cuadro fisterrán por insultar gravemente y agredir al colegiado a la conclusión del choque.

Se trata de una de las sanciones más duras aplicadas por el comité desde su puesta en marcha hace 14 temporadas. Solo se recuerdan cuatro casos similares al de este fin de semana y solo un jugador sufrió más castigo que los dos integrantes del Fisterra: tres años sin jugar por agresión grave contra otro deportista en un partido de fútbol.

Esta sanción es definitiva, según confirmaron ayer desde el comité, y de ejecución inmediata. Para fijarla se celebraron entre el lunes y el martes varias reuniones entre el comité y la asamblea. La gravedad de los hechos en el Ara Solis obligaba a hilar muy fino para que no se vuelvan a repetir hechos como los acaecidos este fin de semana.

La normativa por la que se rige el fútbol veterano de la Costa da Morte es la misma que la de la Real Federación Española de Fútbol. En el caso de los dos jugadores del Fisterra, el comité les aplicó el artículo por el que se establece un año de sanción para aquel jugador que agreda a un árbitro, jueces de línea, directivos o autoridades deportivas. No es necesario que haya una agresión física en sí o secuelas. El simple hecho de intentar pegar, ya es motivo más que suficiente para aplicar esta dura sanción. En la Asociación de la Liga da Costa de Veteranos quieren cortar de raíz con episodios «graves» como los acaecidos el pasado fin de semana en el campo de Ara Solis.

De guante blanco

Este fin de semana se disputaba el choque correspondiente a la vuelta de los cuartos de final de la Copa de Veteranos entre el Fisterra y el Coristanco, que concluyó en tablas (2-2) y que permitió el pase de los coristanqueses a semifinales tras vencer en la ida por la mínima (3-2). El encuentro en el campo de Ara Solis estaba siendo de guante blanco hasta el minuto 85, cuando el cuadro visitante lograba igualar la contienda (2-2) gracias a un gol de Carliños. Instantes después, el colegiado expulsaba a Mamadou Mbengue. El acta arbitral es clara al respecto: «Se pone enfrente de mí gritándome e insultándome ‘Maricón de mierda, racista’ repetidas veces antes de abandonar el terreno de juego».

Pero lo peor vino a la conclusión del encuentro. Cuando los dos equipos y el colegiado enfilaban rumbo a los vestuarios dos jugadores del equipo local, uno de ellos desde el banquillo, fueron a por el colegiado y le arrojaron dos botellas de litro y medio llenas de agua. El colegiado logró esquivar una, pero la otra le golpeó en la cabeza, según confirmaron ayer desde el comité del fútbol veterano, e intentaron agredirlo. El acta es clara: «José M. Martínez Abuelo viene corriendo a gran velocidad y en actitud agresiva, insultándome y gritándome ‘Hijo de puta, tíñate que matar, sinvergüenza, nótase ben con que ías’».

Reacción inmediata

El presidente del equipo del Fisterra de veteranos, Sergio Insua, ya hizo pública una nota este martes en la que pide perdón por lo ocurrido el pasado domingo en el partido que su equipo disputó contra el Coristanco y en el que dos jugadores intentaron agredir al colegiado.

«Véxome na obriga moral -comienza la nota- de pedir desculpas despois do acontecido ao remate do partido contra o Coristanco». Y añadió: «En primeiro lugar, ao árbitro Grañas, que despois de facer un bo traballo durante todo o partido, viuse no medio dun altercado sen sentido e sen xustificación». También citó al Coristanco, del que dijo: «Xogou o seu partido limpamente e pasou a eliminatoria de forma xusta». El escrito del presidente concluyó de la siguiente manera: «Pola nosa parte, a directiva da S.D. Fisterra de veteranos aparta, desde este momento e de maneira indefinida, aos xogadores implicados. Esperamos, ademais, que estes actos non enturben a nosa primeira tempada nesta categoría e que, se todas as partes implicadas están de acordo, a final da Copa se xogue no Ara Solis de Fisterra o día 9 de xullo como estaba previsto». En el escrito se apuntó: «Que faremos pola nosa parte todo o posible para que estes feitos non se volvan a repetir».

Pese a estos actos de repulsa, el colegiado José Manuel Grañas Martínez interpuso denuncia en la Guardia Civil de Corcubión. El escrito no tiene desperdicio: «Amenazas, insultos y agresión leve» al finalizar el partido. Según consta en la denuncia, el árbitro del choque señaló a los «jugadores del Fisterra con los dorsales número 13 y 21». Las diligencias fueron remitidas por el instituto armado al juzgado de guardia de Corcubión.

Insultos, amenazas, agresiones y hasta una bicicleta como arma arrojadiza

No hay temporada en el fútbol de la comarca en la que no haya que lamentar incidentes violentos. En la gran mayoría de los casos, el escenario es un campo de fútbol. Es en este deporte donde se percibe un mayor grado de agresividad.

En octubre de 2015, al finalizar el partido de Tercera Autonómica entre Camelle y Monte Louro, aficionados y jugadores de ambos equipos se enzarzaron en una pelea, que acabó con un jugador del Monte Louro con un corte en el pómulo y el entrenador del Camelle con una mano rota.

Meses antes, en junio, el árbitro del partido entre Corcubión y Muxía, de la fase de ascenso a Segunda, fue agredido por varios aficionados visitantes. Los hechos llegaron a los tribunales tras la denuncia del colegiado.

Los árbitros suelen ser el blanco de las iras de los aficionados, jugadores y directivos. Un controvertido arbitraje de Extremadura Hernández en un Laracha-As Pontes de marzo de 2015 acabó con la apertura de un expediente a once futbolistas laracheses por sus críticas en las redes sociales hacia el colegiado.

En noviembre del 2016, el colegio de árbitros denunció ante el Comité de Competición al presidente del Baíñas, Juan Silva (quien dimitió por estos hechos), por las amenazas hacia un juez. Al finalizar el partido Porteño- Baíñas el coruñés Miguel Suárez Carnota redactó en el apartado de incidencias: «Durante todo el encuentro, una persona en la grada a la cual pude identificar como el presidente del CD Baíñas, según me comentó el delegado de dicho club, estuvo protestando mis decisiones e increpándome durante todo el encuentro, dirigiéndose en repetidas veces y a viva voz a mi persona en los siguientes términos: ‘¡Eres un burro!, ¡Fillo de puta!, ¡Non era penalti, me cago nos putos árbitros de Dios, sempre igual!, ¡Que malo eres!, ¡Tonto!’».

La comarca tampoco escapa a episodios de racismo. En enero de 2014, el Baio fue sancionado por los insultos de un aficionado hacia un jugador senegalés del Flavia.

A veces, los episodios rozan el esperpento. En el 2003, un seguidor del Camariñas le lanzó al árbitro Rama Rama una bicicleta durante un partido de juveniles entre los camariñáns y el Cerqueda. Ya este año, en febrero, el joven portero del Baíñas, Maikel Cambeiro Lourido (Cee, 1998) abandonó el campo llorando por insultos procedente de la grada, en la que se ubicaban aficionados del Camariñas.