Los guardianes de nuestra historia

Patricia Blanco
Patricia Blanco CRÓNICA

LAXE

22 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos somos herederos de un pasado, pero a veces este queda sepultado y solo sale a flote gracias a guardianes de la historia. Como Xelucho Abella, con su Fuxiron por mar y la historia de los 66 fugados en tres motoriñas desde Malpica. Como Jaime Ricardo Suárez, con su relato de la buceta Ombú. Como Fernández Carrera, con la recuperación biográfica del fotógrafo laxense José Vidal García (1900-1988) que quizás acabe en alguna publicación. José fue uno de los 10 hijos que tuvo Plácido Vidal Díaz, hombre desconocido, pero importante, auténtico artista y para algunos, introductor de la fotografía en la Costa da Morte. Estudió bachillerato y derecho y fue abogado y empresario. Puso en marcha la mina de caolín y llegó a ser alcalde de Laxe. Siempre le gustó la fotografía. Desde A Coruña le llegó una cámara y empezó a practicar. Suyas pueden ser las fotos más antiguas del fondo Vidal, de asombrosa calidad. Uno de sus hijos murió pronto. Nueve fueron varones. Rosalía era la única mujer. Ella y José fueron los dos únicos hermanos que no emigraron y Plácido le trasladó la pasión por la fotografía a su hijo. José cursó estudios primarios. Con 14 años ya se ponía al frente de la cámara, con 22 hizo la mili en Ceuta y, a la vuelta, siendo su padre alcalde, entró como escribiente en el Ayuntamiento. Siguió con la fotografía, e hizo de la afición su profesión. También consiguió la plaza de cartero en Laxe, pero la perdió por un problema político en 1936, cuando ya estaba casado con Ramona Eiroa y tenía tres hijos: Elba, José María y Plácido. José recurrió y le devolvieron la cartería en 1946: fue trasladado a Corme. Hasta allí se fue con su familia y, en la casa, montó la oficina de Correos y su laboratorio, desde donde ejerció hasta su jubilación en el 64. Después, regresó a Laxe. Siguió con la cámara hasta los 80. Puede que no haya ni una sola familia de Bergantiños y Soneira que no tenga una foto hecha por él: era un hombre abierto y hablador que se movía mucho por romerías y ferias, sobre todo por las de Baio y Ponteceso, donde instalaba su puesto. Ramón Caamaño (1908-2007), otro fotógrafo histórico de la comarca, tiene dicho de él que fue quien le enseñó las técnicas del revelado. Entre los dos fotografiaron la Costa da Morte, desde Carnota hasta Camariñas (Caamaño) y desde Camariñas hasta Caión (Vidal). Todos estos detalles los facilita Fernández Carrera. Son, pues, vidas interesantes que se han ido perdiendo por las grietas de la memoria, y que solo salen a flote si hay un empeño decidido. Sobre José Vidal, Xan dice que apenas había nada escrito: «Era un traballo pendente». Igual que fechar sus fotos, pues muy pocas lo están. Clasificarlas, mismamente. Ha encontrado, dice, muy buena colaboración de la familia. La puesta en valor del pasado enriquece el presente, y así lo ha entendido también el Concello, por suerte.