«Quero ser médico e descubrir a vacina contra o cancro»

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

GALICIA

Jose Manuel Casal

Una madre de Malpica pide más horas de clase para su hijo enfermo de leucemia, que tiene que estudiar en casa con un profesor

09 oct 2015 . Actualizado a las 12:42 h.

Nieves Villar Pose, de 48 años, rechaza de plano la etiqueta de madre coraje. Pero insiste una y otra vez en que su hijo pequeño tenga «a mesma calidade educativa e gratuíta co resto de rapaces», argumenta. Esta vecina de Malpica de Bergantiños (A Coruña) tiene dos hijos: Jairo, de 24 años y Hadrián, de 11. A este último le diagnosticaron el 8 de enero de este año una leucemia, con una de las cepas más agresivas: «Cando nos deron a noticia advertíronnos de que había poucas esperanzas», relató. Por suerte, el menor ha respondido al tratamiento y ha salvado, con creces, su primera gran crisis.

Pero lo primero en lo que pensó Nieves cuando los médicos le dieron la mala noticia fue en el futuro educativo de su hijo, independientemente de su dolencia y de sus consecuencias. Nieves se puso rápidamente en contacto con los responsables del centro educativo CEIP Milladoiro de Malpica, donde el menor cursaba, por aquel entonces, quinto de primera.

El tribunal médico le reconoció a Hadrián Antelo Villar el derecho a tener un profesor de atención educativa a domicilio durante al menos dos años. Le enviaron una docente, «que viña a casa todos os martes e os xoves». Entre sesión y sesión de quimioterapia, Hadrián Antelo recibió clases de las asignaturas denominadas troncales: las lenguas, matemáticas, sociales y naturales.

Pero acabó el curso y el joven continuó con su tratamiento intensivo contra la leucemia (tiene todavía para siete meses más como mínimo).

Arranca el nuevo curso

Pero las clases se reanudaron el día 10 de septiembre y Nieves Villar solicitó, cuatro días después, por escrito y por mediación de los responsables del centro educativo, la asignación de un profesor para este curso (Hadrián cursa sexto de primaria) y que, en la medida de lo posible pudiera impartir más horas lectivas y dos nuevas asignaturas: «Inglés e música son imprescindibles para Hadrián cando entre no instituto», explicó Nieves Villar, quien reconoció que el pasado curso se gastó unos 300 euros al mes en clases particulares e, incluso, pidió información en la Escuela Oficial de Idiomas de Carballo, aunque al ser menor de 14 años no puede optar todavía a una plaza.

«Os días pasaban e ninguén respondeu á miña petición, que, por outra parte, vexo moi lóxica», explicó la progenitora, quien añadió: «Levamos case un mes sen noticias da consellería e canseime de pedir axuda». Sus medidas de presión surtieron el efecto deseado este miércoles: «Chamáronme de Educación [la consellería confirmó la noticia ayer] para dicirme que Hadrián tiña asignado un profesor, pero a miña sorpresa é que soamente virá un día á semana. É dicir, tres horas, mentres que un neno normal ten dereito a 25. Non é xusto. Meu fillo ten os mesmos dereitos que os dos demais a ter unha educación en igualdade de condicións», criticó la madre.

La progenitora lo tiene claro: «O nexo de unión do meu fillo coa vida foi sempre a educación. Non quero que porque padeza leucemia teña que quedar atrás nos estudos mentres os seus amigos e compañeiros avanzan». Ambos lucharán porque la Xunta les amplíe el horario «como teñen os rapaces enfermos de cancro das grandes cidades», denunció. Por su parte, Hadrián tiene claro su futuro: «Quero ser médico e descubrir a vacina contra o cancro».