Los grabados catalogados de Morquintián son meras marcas naturales del granito

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

Pablo Sanmartín

El geólogo Vidal Romaní echa por tierra la historia relacionada con la reina Urraca

17 ene 2017 . Actualizado a las 00:14 h.

En los montes de Galicia se pierden petroglifos y otras manifestaciones del arte rupestre por no estar catalogados ni protegidos. Pero también se dan los casos contrarios. El geólogo Juan Ramón Vidal Romaní echa por tierra la leyenda de los Gravados do Outeiro de dona Urraca, en Morquintián, que están catalogados como petroglifos en el inventario del plan general de ordenación municipal de Muxía.

Entre los siglos XI y XII, la reina fue determinante para el devenir de Galicia, León, Castilla y Toledo. Estuvo también muy vinculada a Moraime (Muxía), en cuyo monasterio protegieron cuando era niño a su hijo Alfonso VII. De ahí que los grabados del monte del que fue el Foro de Morquintián se hayan considerado como el límite del territorio de la abadía muxiana, según la ficha del plan general municipal.

Miembros del colectivo A Rula, una entidad que se dedica a la investigación y el estudio del arte rupestre en Galicia, visitaron ayer los supuestos petroglifos, que están en tres paneles: uno principal, de 6,45 por 3,50 metros, y otro más amplio, pero con menos grabados, de 7,20 por 6,80. Hay un tercero, pero más reducido. Desde el lugar se divisan O Pindo, Touriñán y otros tramos de costa de gran belleza paisajística.

Ante la duda de que las marcas pudiesen ser naturales, fue consultado el catedrático de geología de la Universidad de A Coruña, Juan Ramón Vidal Romaní, quien, tras un primer examen fotográfico, considera que son marcas naturales. «Se llaman -dice- polygonal cracking y se forman en superficies cizalladas. La dirección del ángulo menos de lis rombos es común e indica la dirección del esfuerzo» del granito al emerger a la superficie en la fase volcánica. «Según sea el movimiento se rompe dando un mosaico diferente. En este caso (el de Morquintián) el mosaico de rotura es romboidal», explica.