El albergue Monasterio de Moraime recuerda el pasado del enclave

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

El establecimiento abierto en la antigua casa rectoral se inaugurará el viernes con capacidad para 63 huéspedes

28 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya tiene fecha y hora. El Hostel Monasterio de Moraime se inaugurará el viernes a las 12.00 con la presencia de la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, y el alcalde de Muxía, Félix Porto, además del empresario promotor, Francisco Canabal, que logró una cesión de la antigua casa rectoral por parte de la Iglesia para sacar adelante este proyecto hotelero.

Las obras están finalizadas y en estos momentos las distintas empresas encargadas de sus reconstrucción -se encontraba realmente deteriorada- ultiman los detalles, además de colocar el mobiliario, que ya se puede apreciar en muchas estancias.

Finalmente, tal como adelantó hace ya unas semanas el propio Canabal, han cambiado el concepto del negocio y lo que iba a ser un alojamiento de lujo, quedó convertido en un albergue un tanto especial, porque ofrece literas en habitaciones comunitarias pero con servicios más propios de un hotel y también la posibilidad de alojarse en suites privadas.

Las habitaciones llevan nombres muy relacionados con la historia del enclave y, en gran medida, conservan elementos definitorios de la obra original, como la piedra de cantería, incluso en suelos enlosados, chimeneas, lavabos también de piedra y maneras nobles, que constituyen tanto los forjados de la primera planta como los pavimentos de muchas estancias. San Pedro de Froylaz, Doña Mayor, Alfonso VII y Doña Urraca son las denominaciones elegidas para los cuartos colectivos, mientras que las suites, una con un máximo de dos plazas y otra para hasta cuatro personas, se llaman Condes de Traba y Habitación Monasterio de Moraime.

El establecimiento, con baños compartidos, excepto en estos dos últimos casos, ofrece servicio de lavandería, consigna de equipajes, aparcamiento para bicicletas y un espacio para caballos, además de un sistema de recepción automático, que permitirá a los huéspedes entrar y salir con tarjetas electrónicas.

La apertura supone la culminación de un proyecto que acumula ya muchos años de retraso y que se ha visto sujeto a numerosas vicisitudes, como el impacto de la crisis, que llevó a su promotor, un conocido empresario con larga experiencia en la construcción y la hostelería, a posponer la ejecución de las obras.

Enclavado en pleno Camiño a Muxía -de ahí también el cambio de concepto para adaptarlo a los requerimientos de los peregrinos- el establecimiento implica también la dotación de servicios con los que hasta ahora no contaba la parroquia, como una espacio propio rehabilitado dentro de la rectoral. Aspira a ser el primer paso en una recuperación integral de Moraime.