Las amenazas y vejaciones de un vimiancés hartan a la Guardia Civil

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

INTERNET

Difunde vídeos insultantes de los agentes y de su propia madre sangrando

25 nov 2015 . Actualizado a las 10:47 h.

«Hijos de puta», «el mierda», «el gordo», «el cabrón ese», «la puta pelirroja», «a máis zorra da familia»... Los insultos, vejaciones y amenazas que Ángel Souto Bértola profiere a diario contra policías, vecinos y su propia madre, que antes eran sobre todo carteles delante de su casa de Cereixo, ahora se difunden también a través de Internet, desde el perfil que tiene en Google Plus y desde el agregador de vídeos Youtube, en el que aparecen imágenes filmadas por él mismo, su esposa y en algunos casos por sus hijos menores de edad.

La situación no es nueva porque no hay prácticamente nadie en toda esa zona de Vimianzo y Camariñas que no esté hasta el gorro de las tropelías de Souto Bértola, que ya ha sido acusado de varios delitos, entre ellos agresiones reiteradas a su madre, destrozada de los nervios y en tratamiento a causa de esta situación. Sin embargo, ahora los que se han cansado son los agentes de la Guardia Civil, sobre todo de Vimianzo y Camariñas, que cuentan por decenas las visitas al citado domicilio. Unas intervenciones por motivos variados, en las que últimamente se encuentran con estas grabaciones, que tratan de intimidarles registrando sus números de identificación profesional y difundiéndolos, algo que puede ser constitutivo de delito de acuerdo con la nueva ley de seguridad ciudadana. De ahí que, según fuentes próximas al instituto armado y de la policía -porque el asunto también afecta a los agentes locales de Vimianzo-, tengan previsto iniciar acciones legales contra el implicado, que ya ha estado preso en varias ocasiones recientemente.

Dentro de esas imágenes difundidas, de manera aparentemente delictiva, hay un vídeo en el que aparece la madre de Souto Bértola, tirada en el suelo, sangrando por la boca y llorando mientras pide ayuda. Entre tanto, y en presencia de sus propios nietos, la acusan de ladrona y de simular lesiones para provocar una reacción judicial.

El resto son fragmentos en los que se ve a distintos agentes policiales frente a la vivienda, a los que también se acusa, aparentemente en falso, de entrar en una propiedad privada, de robar y de amenazar.