El conflicto de Bamiro iniciado por un muro de piedra va camino de derribar una casa

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

VIMIANZO

VERÓNICA COUTO

El denunciante y el dueño de la vivienda, para el que preparan una manifestación de apoyo, contraponen su visión de lo sucedido

17 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las casas de Raúl Suárez Mouzo y Evaristo Blanco Blanco, en Tras do Ceán (Bamiro), las separan apenas unas decenas de metros y un camino que ya avanzado el siglo XXI sigue sin asfaltar. En cambio a sus visiones sobre el conflicto que los enfrenta se encuentran alejadas, como mínimo unos cuantos kilómetros.

Ya en abril del 2009 Raúl declaraba: «Eu metinme nas listas do Bloque, por facer un favor máis que nada porque a política nin me vai nin me vén. Dende entón pasounos de todo. Puxéronlle lume ao pallal, estragáronnolo millo, tentaron botar á miña muller fóra da estrada, enchéronnos de millo o tanque do gasóleo, tiráronos o cable do pastor, rompéronnos os cristais da casa e outras moitas cousas que nin tan sequera denunciamos». Ayer no quería entrar en tantos detalles sobre el pasado, aunque sí recordaba que le hicieron la «vida imposible». Todo a raíz de ese propio camino y del muro que él levantó para cerrar su finca y le tiraron.

Asegura que trató de llegar a un acuerdo al menos en cinco ocasiones -«está Miñones [exteniente de alcalde] de testemuña»- y nunca hubo manera de realizar el intercambio de terrenos que le permitiría a él cerrar lo suyo y a Raúl construir su casa dentro de la zona urbanizable.

Atribuye la falta de concordia a la «soberbia» con la actuó el vecino al sentirse, según dice, amparado por el anterior gobierno.

Precisamente por eso interpuso la denuncia, que también se ofreció a retirar, e incluso ahora no se cierra del todo a hacerlo porque «non vaias pensar que a min me dá gusto ningún que lle tiren a casa a ninguén». También esto dio lugar a que Evaristo le denunciase a él varias veces, entre ellas por la casa, aunque respecto a esto, asegura que está tranquilo y no ve peligro.

Evaristo, para el que están organizando una manifestación de apoyo que se celebrará el jueves a las 13.30 horas delante del Concello de Vimianzo, estuvo ayer en Radio Voz Bergantiños, con abundante documentación, para demostrar, según él, que no hizo nada ilegal y, poco más que si el asunto no se arregla es porque el alcalde no quiere.

Aunque aseguró que «a culpa non é del», cargó duramente contra el regidor al que acusó de mentir respecto a las casas que hay fuera de ordenación, más de media docena solo entre la suya y el río, «outra cousa é que leven máis de seis anos feitas e non houbese denuncia, pero están igual ou peor ca miña». Además, en el caso de la Raúl, aportó la comunicación de la APLU y el documento de que no cumple con la licencia, aunque «eses papeis non se moven» en el Concello. En cualquier caso, apuntó que su intención no es hacer daño a nadie sino solucionar lo suyo y cree que eso todavía se puede hacer con una ampliación de núcleo, «non para min, senón para toda a parroquia de Bamiro». De hecho ha reunido más de 150 firmas.

«Vivir así é unha amargura. Isto foi política e pilloume a min no medio, que o único delito que cometín foi o de facer unha casa en Vimianzo, que se é agora non a fago», añadió el propietario, que dice que lleva más de 250.000 euros gastados y que ya tenía decidido tirar la casa, hasta que los portavoces de la oposición salieron en su apoyo. «Viñeron eles a xunto de min, non eu a xunto deles», aseveró. Así que ahora lo que pide es apoyo porque cree que aún puede salvar la vivienda en la que invirtió media vida.