Vimianzo vivió un tiroteo entre los maquis y la Guardia Civil

luis lamela

VIMIANZO

Jose Manuel Casal

Un guerrillero falleció en un enfrentamiento armado con un agente, que también moriría, en 1946

26 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En un documento que me envió en enero de 1996 el coronel jefe del Servicio de Estudios Históricos de la Guardia Civil, Pascual M. Garrido Sánchez, aparece un texto referido a Vimianzo: «En el mes de octubre -de 1946- cuando se hallaba el guardia 2º del puesto de Vimianzo, Manuel Rodríguez Paz, en el bar denominado Casa Mira, apareció una partida de bandoleros, compuesta por tres hombres, entrando uno de ellos amenazando a los que estaban en el interior y conminándoles a que no se movieran, momento en que el referido guardia sacó la pistola e hizo un disparo que le ocasionó la muerte. El bandolero llevaba una banda con los colores republicanos y la inscripción de Agrupación de guerrilleros de Galicia. En el momento en que cayó el bandolero, otro de ellos que se hallaba en el exterior, disparó sobre el guardia a través de una ventana, hiriéndole mortalmente, falleciendo más tarde; los bandoleros restantes se dirigieron hacia la casa cuartel de dicha localidad, arrojando a su interior una bomba de mano, que no ocasionó nada más que daños de poca importancia, dándose seguidamente a la fuga y a pesar de ser perseguidos, no pudieron ser localizados».

La realidad de lo acontecido en la capital de Soneira no fue exactamente tal y como lo relata la Guardia Civil. En primer lugar, porque el operativo de los guerrilleros no fue en el «mes de octubre» sino el 8 de noviembre de 1946, cuando el guerrillero Jesús Pazos Mesías falleció en un enfrentamiento armado con un guardia civil en un bar-restaurante de la localidad, la Casa Desiderio o Casa Mira (ahora, O Castillo), cuando acompañado de varios guerrilleros -Manuel Ponte Pedreira, José Ramuñán Barreiro, José Dasilva Bartomeu; Manuel Pena Camino y Emilio Pérez Vilariño- pretendían asaltar el cuartel de la Guardia Civil.

Por lo que llevamos investigado, lo cierto es que tanto en Baio y sus alrededores como en el municipio de Vimianzo, algunos de los grupos antifranquistas organizados en el monte contaban con una, no diremos que infraestructura, pero sí activa colaboración por parte de determinados paisanos que le prestaron su ayuda, bien sirviendo sus viviendas de estafetas, o como enlaces, o dándoles cobijo, o procurando facilitarles comida, o sirviendo de guías en sus desplazamientos por la zona.

Concretamente en Baio, en Tines, en Borneiro, en Corme, en A Telleira, en Pasarela y quizá en otras aldeas o caseríos, se guarecieron, pernoctaron y alimentaron en varias ocasiones. Y por ese motivo algunos de estos vecinos fueron sometidos a consejos de guerra y condenados a penas de prisión y a otros les dio tiempo de huir antes de ser detenidos: dos vecinos de Baio lograron huir para la Argentina. A raíz de la muerte de Manuel Ponte Pedreira en abril de 1947 se descubrió el nombre de muchos de estos enlaces, y fue debido a que entre su vestimenta figuraban algunos nombres anotados en una agenda.

La causa que se instruyó a raíz de la muerte de Ponte Pedreira fue la número 200/47, y los encausados sumaron nada menos que 67, de los cuales más de la mitad eran vecinos de la Costa da Morte: 16 individuos del municipio de Vimianzo; 8, de Laxe; 17, de Zas; 6, de Cabana y 2, de Corme-Ponteceso; todos ellos por auxiliar en distinto grado e implicación a los hombres del monte, alojándose en Baio en cinco viviendas diferentes. Uno de estos vecinos de la comarca de Soneira, según la sentencia, «alojó a aquellos (a los guerrilleros) en casa de otros procesados, les envió por conducto de los mismos o por sí víveres y facilitó a Ponte noticias sobre la situación del Banco Pastor, casa de la Guardia Civil, ambas en Vimianzo, y vida que hacían de ordinario los miembros de este último Instituto».

Pernoctaron en Baio

Lo cierto es que, después de pernoctar en dos viviendas de Baio, un grupo liderado por Manuel Ponte Pedreira se presentó al atardecer del 8 de noviembre de 1946 ante la casa-cuartel de Vimianzo, con intención de asaltarla y apoderarse de las armas del exiguo arsenal que allí pudiese existir. Más, al hallar la puerta cerrada desistieron inicialmente de su propósito, pero, como se percataron de que en un bar-restaurante distante unos metros había un miembro de la Benemérita, de uniforme, jugando una partida de dominó en compañía de otros tres amigos, uno de ellos guarda forestal, decidieron sacarlo a punta de pistola y llevarlo como rehén con el objetivo de abrir la puerta del cuartel. Y, así lo planearon, personándose en el bar dos de los guerrilleros. Uno, Jesús Pazos, entró en el local pistola en mano y el otro, Emilio Pérez Vilariño, quedó apostado en la acera a la altura de la puerta sin dejarse ver por los parroquianos.

E, inmediatamente, Pazos Mesías conminó a todos que no se moviesen de sus sillas; no obstante, en medio de la confusión del momento la reacción del guardia Manuel Rodríguez Paz fue tan súbita como inesperada, incorporándose de su asiento y desenfundando la pistola para disparar al guerrillero varias veces, no sin que este a su vez respondiese también al guardia, lo mismo que Pérez Vilariño desde la ventana. De resultas del intercambio de disparos el guerrillero cayó mortalmente herido, hacia atrás, sobre la acera, en donde quedó muerto. Por su parte, también cayó herido gravemente el guardia que posteriormente fue trasladado a Santiago en cuyo hospital falleció al día siguiente.

Con suma rapidez, dos de los compañeros de Pazos Mesías se dirigieron corriendo hacia la casa-cuartel con el fin de lanzar en su interior una bomba de mano, ocasionando serios desperfectos materiales, pero ningún daño humano, dándose después a la fuga internándose todos en el monte. En la vestimenta del guerrillero fallecido, tal y como dice el informe de la Guardia Civil, llevaba cosida una pequeña bandera con los colores republicanos y la inscripción de: Agrupación de Guerrilleros de Galicia, publicándose la noticia, además de censurada en varios medios, en el El Guerrillero, el portavoz de la organización antifranquista, el 25 de diciembre de 1.946, con el siguiente literal:

«El día 8 de noviembre, a las 22 horas, fuerzas del Destacamento ‘Botana’, de la IV Agrupación, al mando de su jefe, Manuel Ponte, ocuparon el pueblo de Vimianzo, (Coruña), entablándose un combate con fuerzas de la Guardia Civil que duró por espacio de una hora. El enemigo tuvo tres muertos, dos en el cuartel y uno en el café del pueblo. El cuartel quedó hecho escombros. Por nuestra parte tuvimos que lamentar la baja del camarada Jesús Pazos Mesías. En esta operación se destacó como un bravo guerrillero el camarada Emilio».

 «El día 8 de noviembre, a las 22 horas, fuerzas del Destacamento ‘Botana’, de la IV Agrupación, al mando de su jefe, Manuel Ponte, ocuparon el pueblo de Vimianzo, (Coruña), entablándose un combate con fuerzas de la Guardia Civil que duró por espacio de una hora. El enemigo tuvo tres muertos, dos en el cuartel y uno en el café del pueblo. El cuartel quedó hecho escombros. Por nuestra parte tuvimos que lamentar la baja del camarada Jesús Pazos Mesías. En esta operación se destacó como un bravo guerrillero el camarada Emilio».

Trágicos finales para todos los integrantes del operativo

El 9 de noviembre se le practicó la autopsia en el cementerio a Jesús Pazos por el médico municipal y de asistencia pública domiciliaria de Vimianzo, Braulio Astray Vidal, así como por el médico forense de Corcubión. Concluida esta, y dado que no habían identificado al fallecido ni nadie reclamara el cadáver, había que darle sepultura. La opinión mayoritaria de los presentes era de que se abriese una fosa en tierra del cementerio y allí quedase enterrado, pero el médico Astray mostró su disconformidad aduciendo que «al fin y al cabo era un ser humano y no un perro», y que si algún día los familiares quisieran recuperar el cadáver, mal podrían hacerlo en las condiciones que pretendían, envuelto entre la tierra empapada en agua por la intensa lluvia, pidiendo que se depositase dentro de un ataúd por rústico que fuese, o al menos ponerle entre unas tablas, como así se hizo.

Los demás guerrilleros tampoco tuvieron mucha más suerte. Manuel Ponte Pedreira, Miracielo y Pintor, cayó abatido por las balas de sus perseguidores en Tañoi, en Fontao-Frades, el 21 de abril de 1.947. José Dasilva Bartomeu, Moreno y Manolete, fue muerto, según la versión ofrecida a las autoridades franquistas por Foucellas, por Manuel Ponte cerca de la localidad de Ordes, en fecha indeterminada. Manuel Pena Camino, Flores, cayó en Pedras Bastas, parroquia de Paramos-Val do Dubra, el 5 de marzo de 1949. Emilio Pérez Vilariño, Claudio Veas y Emilio, cayó en Fisteos-Curtis el 6 de enero de 1951, también en un enfrentamiento con la Guardia Civil.