Monte Faro logra salvar la única cabaña equina libre de la comarca

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Ana García

Quince ganaderos bajaron ayer del monte un centenar de ejemplares para la rapa

17 jul 2017 . Actualizado a las 18:48 h.

Monte Faro (Vimianzo) es la única entidad que mantiene caballos sueltos en los montes, un beneficio medioambiental no siempre reconocido y para el que piden comprensión y colaboración por parte de las Administraciones. En los parajes de las comunidades de Cures, en la parroquia de Carnés, y Bribes, A Toxa, As Pasantes y A Gándara, en la de Vimianzo, hay un centenar de ejemplares. Ayer por la mañana fueron bajados para la rapa del próximo domingo.

En Pico Meda también había reses equinas, pero la asociación O Santiaguiño de Carreira (Zas), harta de los costes personales, las trabas y las exigencias de la Administración, tiró la toalla y vendió las decenas de ejemplares que le quedaban.

Una entidad y otra defienden, y a las pruebas se remiten, que la presencia de ganado caballar en los montes es el mejor antídoto contra los incendios. Ni el Monte Faro ni el Pico Meda ardieron en las áreas de influencia de los equinos. Manuel Pereira, portavoz de la agrupación vimiancesa, repite el eslogan del sector: «Os cabalos son as mellores desbrozadoras». Sin embargo, sienten que la Administración es insensible ante esta realidad y no da las facilidades que ellos demandan y necesitan para mantener la cabaña.

A las nueve de la mañana de ayer, un grupo de quince ganaderos se presentaron en el monte para juntar los animales y trasladarlos a una finca para tenerlos listos para la desparasitación, la revisión de los microchips y el examen veterinario de rigor previo a la Rapa das Bestas. Bajaron con un centenar de reses, entre los que se incluyen los 15 potros que serán sacrificados para la degustación del próximo domingo. Otros tantos quedarán en el monte. Durante el invierno perdieron una docena más por ataques de los lobos. A la una de la tarde estaban de vuelta, cansados, pero satisfechos.

De lo que no están satisfechos es de las pocas ventajas que tiene. Los équidos son de la asociación. Ya no hay ningún particular que quiera costearse lo que casi ha llegado a ser un lujo. Manuel Pereira alaba el estado del monte de Cures: «Está limpo e coidado. Case se pode andar en zapatillas». Los équidos lo desbrozan todo. «As comunidades e a Xunta debían concienciarse de que había que ter máis cabalos en liberdade», dice Pereira.