El envejecimiento de la población multiplica las desapariciones

T. Longueira / J. V. Lado CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Basilio Bello

Una vimiancesa de 81 años fue localizada sana y salva tras 17 horas en el monte

23 jul 2017 . Actualizado a las 13:10 h.

El envejecimiento poblacional con la proliferación de enfermedades asociadas a la memoria, la multiplicación de la gente mayor que vive sola y la despoblación rural son un peligroso cóctel que se está traduciendo en los últimos años en un verdadero problema en cuanto a desaparición de personas de edad avanzada.

El último episodio sucedió este viernes. Luzdina Martínez Lema, de 81 años, desapareció sobre las ocho de la tarde. Fue vista por última vez por su hijo Luciano cuando caminaba en dirección a su casa, en Cures. Le propuso acompañarla, pero ella le respondió que había salido a dar un paseo y que ya regresaba al domicilio.

Sobre las nueve de la noche saltaron las alarmas. La mujer no había regresado y su esposo, Luciano, alertó a los hijos, quienes a su vez avisaron a las fuerzas de seguridad y a algunos vecinos. Entre todos montaron un dispositivo de búsqueda, que se prolongó durante toda la noche. Había preocupación porque llovía y las temperaturas bajaron durante la madrugada. Este operativo se redobló ya a primera hora de la mañana. A las 8.30 estaban en la zona cinco patrullas de la Guardia Civil y un helicóptero, voluntarios de Protección Civil de Vimianzo, Policía Local, el alcalde, Manuel Antelo, el edil Fernando Mancebo e integrantes de la asociación cabalar que participa en la Rapa das Bestas de hoy. El 112 incorporó drones y una unidad de la Asociación de Cans de Salvamento de Galicia. Se amplió el dispositivo de búsqueda hacia montes próximos, pero seguía sin haber pistas sobre el paradero de Luzdina.

A la una y media de la tarde se acabó la incertidumbre. Un vecino a bordo de un tractor localizó a la octogenaria, sana y salva, a 200 metros de A Casa do Prado en las inmediaciones de un riachuelo. Tenía rasguños por todo el cuerpo, pero, tal y como confirmó una hija, Mónica Novoa Martínez, «recoñeceu a todo o mundo e atópase ben». Primero fue trasladada al PAC de Vimianzo. Mónica Novoa relató que en principio había dado bien, «aínda que por precaución foi trasladada a Cee». Dijo que había encontrado a su madre «desorientada» y cuando la localizaron respondió que estaba recogiendo leña. Una de las hipótesis que barajan en el entorno es la secuela que le dejó una operación para tratarse un tumor cerebral, detectado en el 2013. «Os médicos dixéronos que podería ter problemas de orientación e, ao mellor, foi o que lle pasou a miña nai».

Este caso es de características similares a otro registrado en la zona en lo que va de año. El 20 de mayo fue localizado José Gabeiras Vérez, un vecino de Malpica de 64 años, y el pasado día 6 llegó a un hotel de Corcubión el peregrino canadiense Richard Raymond, de 74, que deambuló más de un día desorientado entre Cee y Fisterra

El 2016 se saldó con al menos cinco personas desaparecidas, una de ellas fallecida. José Lamas Muíño, de 81 años y vecino de A Espanadeira (Entrecruces), fue hallado muerto en un monte a dos kilómetros de su casa a última hora de la tarde del pasado 12 de mayo. Además de este caso, hay que citar los del carnotano Paulino Fiuza García (75 años), que fue visto por última vez el 29 de enero del 2016, un peregrino coreano y otro francés, además de varios excursionistas rescatados en O Pindo.

Tres casos en A Laracha en solo dos meses

En A Laracha se vivieron momentos de angustia en dos meses del 2016. María Regueira Sueiro, de 84 años y vecina de Golán, fue localizada completamente mojada, desorientada y con síntomas de hipotermia. Estaba en un prado, a escasos metros de su casa, donde reside con su familia. Se le perdió la pista a las once de la mañana del 5 de mayo. Le había dicho a su marido que iba a A Laracha. El hombre se encontraba por aquel entonces convaleciente de una reciente operación. La mujer fue localizada cinco horas después, sana y salva.

También quedó en un susto la desaparición de Amador Varela Calviño, de 81 años, vecino de Maseo (Coiro) y enfermo de alzhéimer, al que le habían perdido la pista sobre las siete de la tarde del 25 de marzo. Quince días antes había sido Manuela

Bello Rodríguez, de 96 años, la que estuvo desaparecida siete horas, el 10 de marzo, de su domicilio de Casaslongas. Fueron sus gatos Estrella y Martín los que dieron la pista a los equipos de emergencias y vecinos donde se encontraba. Fue localizada en un pinar, a 400 metros de la casa, empapada, desorientada.