La ilusión mejor que la nada

Carlos Melchor AL OTRO LADO

DEPORTES

27 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Quince minutos para la ilusión. Esa ha sido la principal noticia que nos ha traído el debut liguero contra el descendido recién ascendido Mirandés. El arranque rojiblanco se asemejó al de los partidos que juega como local, en los que asedia al rival con un ataque en tromba durante el primer tercio de encuentro, período sobre el que suele cimentar la mayoría de sus triunfos. Nada parecido, ni de lejos, a la tónica de las últimas temporadas fuera del Ángel Carro, con el cero en el marcador como común denominador y el conservadurismo como seña de identidad. Mejor un punto que ninguno, decían. Cierto es que buena parte de la permanencia pasada fue gracias a esos empates a nada en campo ajeno. Y también lo es que la versión plana, sin recursos, apática y anodina como visitante desesperaba a muchos y aburría a otros a partes iguales. Viajar con el equipo últimamente era sinónimo de cero, cabreo y juramento de no volver a salir de Lugo por el fútbol como motivo.

Si el pasado domingo tuvo un protagonista, ese fue Jonathan Valle, uno de los fichajes con más pedigrí. Genial y polémico a partes iguales, dejó su impronta en el campo hasta su lesión, otra de sus cruces. Si hay una posición clave en el estilo de Setién, esa es la media punta, punto de entronque entre la creación de juego que genera el mediocampo y la referencia de ataque que supone el delantero centro. De su dinamismo, verticalidad y movilidad depende que el ariete referencia no se convierta en un islote que apenas huele el balón. Y Valle demostró hambre, ganas y deseo, filtrándose a la perfección entre líneas y generando mucho fútbol con sus desbordes. En un once inicial similar al de la temporada pasada, su aparición supuso un soplo de aire fresco en la vanguardia. Hay que reconocer que, a estas alturas, cualquier cosita que demuestren las nuevas caras será acogida con excepcional entusiasmo en la grada. Pero es probable que el efecto novedad desvirtúe la realidad. Un verano sin fútbol se hace muy largo. Todo eso es cierto. Pero Valle, y por extensión muchas de las caras nuevas, generan ilusión, la sensación de que el fondo de armario de esta temporada es muy superior al de la pasada. Conociendo de sobra el género de la película que produce, Setién puede escribir este año un guion lleno de sorpresas. Ilusión en los 3.000 de siempre, hay que decirlo todo. Lugo nunca dejará de ser Lugo. Para lo bueno y lo malo.