Enredados en la telaraña de Míchel

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El Rayo maniató al Lugo hasta el punto de hacerle desaparecer por completo en el terreno de juego

23 abr 2017 . Actualizado a las 15:28 h.

El Rayo tejió su red de seda en Vallecas. Con la celeridad de una araña, trabajó desde el principio para que los lucenses cayeran en su trampa. Los de Luis César quedaron atrapados al instante en su sustancia pegajosa, maniatados sin remedio y desquiciados hasta la desesperación. Es así como funcionan las telas de araña, cuanto más te empeñas en salir, más te inmovilizan.

Posesión

Acunaron el balón en su campo con problemas para subir. Aunque la posesión estuvo más o menos repartida entre ambos equipos, el Lugo apenas pasó del círculo central. Una y otra vez la tocaban atrás, acunándola en las inmediaciones de Roberto y exponiéndose a las pérdidas, que llegaron.

Bombardeo rival

Más de 20 disparos a puerta realizaron los rayistas. No se cumplía el primer minuto en Vallecas y Ebert ya apuraba la primera intentona. Fue de cabeza. El acoso siguió por medio de Embarba y Guerra en la primera parte. El desgaste hizo su trabajo y dio algo de tregua a los lucenses en el ecuador, aunque los cambios devolvieron la dinamita al Rayo.

Presión alta

El rival les acosaba en la salida para provocar pérdidas. En el ADN del Lugo está la salida jugada desde atrás. Míchel lo sabía y lo utilizó. Incomodó a los de Luis César con un presión alta, apretando en la primera línea del Lugo para obligarle a fallar.

Sin colmillo

Trenzaron muy pocas de ocasiones de peligro. Se cuentan con los dedos de una mano las veces que el Lugo llegó al área rival. Iriome en un saque de banda y un tiro lejano de Campillo en la primera parte, una contra rápida y bonita en la segunda que tejieron entre Vico, Campillo y Joselu en la segunda y un remate del de Cartaya con la cabeza que pegó en el larguero.

Cortafuegos

Un Roberto soberbio evitó una goleada mucho mayor. Si hubo un jugador destacado en el Lugo, ese fue Roberto. Las sacó de todos los colores. Despejando con los puños, salvando con el pie, blocando en dos tiempos, atrapando por arriba... En el penalti adivinó las intenciones de Guerra, pero no llegó a rozar el balón. En el segundo fue víctima del desgaste tras un bombardeo continuo.

Efecto Lass

El guineano fue determinante para desatascar el marcador. Cuando Ebert ya no tenía tanta chispa, Míchel acertó sacando a Lass al terreno de juego. El guineano fue determinante para resolver el duelo. Provoca el penalti cayendo en una lucha con Carlos Hernández y asiste a Manucho para la estocada final.