Una de las víctimas de Aranga llamó hasta en 30 ocasiones a Blanco Vila el día del crimen

A. M. A Coruña / la voz

A CORUÑA

15 may 2012 . Actualizado a las 07:01 h.

El juicio por la muerte y descuartizamiento de dos vecinos de Muros continuó ayer en la Audiencia Provincial tras una semana de parón con las declaraciones de la policía judicial y de los forenses que examinaron los cuerpos. Lo más destacable de sus testimonios es que los cadáveres presentaban un disparo y varias heridas de arma blanca, que una de las víctimas llamó hasta en treinta ocasiones al teléfono de José Ramón Blanco Vila el día del crimen o que tanto el principal procesado como los otros seis imputados formaban una banda. Poco más se ha revelado en una sesión -y ya van seis- en la que todos los indicios se dirigen a Blanco Vila pero todavía no se ha presentado una prueba concluyente.

Sorprendió también la comparecencia de un agente de la Policía Científica que afirmó que se recogió una muestra de sangre en una sudadera en una de las casas «de los detenidos» que es compatible con uno de los cadáveres; aparte de hallar un pantalón con restos orgánicos. El caso es que no precisó de quién se trataba, que la identidad se conocerá en los próximos días con la declaración de otros agentes.

Sobre las llamadas que una de las víctimas realizó al principal acusado aquel 9 de noviembre del 2010, los agentes aseguraron que la mayoría se hicieron desde Muros, pero las últimas junto a la casa de Blanco Vila. Y que fue a raíz de las denuncias presentadas por las familias de los fallecidos cuando la policía de Noia comenzó a investigar la desaparición de los vecinos de Muros. Una vez que se enteraron de que las últimas llamadas telefónicas que hicieron fue a Blanco Vila, los agentes centraron sus esfuerzos sobre él. Primero lo llamaron a declarar como testigo y ahí ya incurrió, según comentó un policía, en contradicciones. Por eso le intervinieron el teléfono y, gracias a la grabación de sus llamadas, se puso comprobar que el principal acusado del doble crimen era miembro de una banda dedicada a asaltar chalés. Pero es que la Guardia Civil de A Coruña también andaba detrás de los procesados por eso. Se juntaron las investigaciones y así se destapó todo.