Las plazas del siglo XXI, un «espectáculo» más allá del producto fresco

La Voz

A CORUÑA

16 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Más allá del acto de justicia estética que supone poner, por fin, en condiciones la joya arquitectónica de Santiago Rey Pedreira y Antonio Tenreiro que es el mercado de San Agustín, su ansiada reforma es una cuestión de lógica. Los mercados de abastos hace tiempo que dejaron de ser meros locales en los que mostrar y adquirir productos frescos. Alrededor de la tradicional plaza de abastecimiento, en distintas ciudades -y no hay que irse a grandes capitales- ha ido formándose un nicho de actividad que va más allá de las verduras y el pescado.

Funcionan a día de hoy las plazas como auténticos dinamizadores culturales de los barrios, como centros de ocio y de negocio en los que la tradición y la modernidad se dan la mano. «Las plazas son un espectáculo que los turistas quieren ver», decía la concejala Luisa Cid en la presentación de esta segunda fase de las obras de mejora. Y si el mercado en cuestión está a una calle de la plaza más visitada por los visitantes y a escasos cinco minutos del muelle de trasatlánticos, con más motivo.

Falta por concretar y perfilar el destino que se dará a esa primera planta en la que, según está previsto, convivirán la hostelería con un espacio destinado a albergar actividades culturales, gastronómicas o lo que se tercie. De lo que contenga este piso superior dependerá que San Agustín se convierta en un auténtico mercado del siglo XXI.