Aunque muchos jóvenes relacionan España con la fiesta y el jolgorio, la mayoría de los estudiantes extranjeros que ayer iniciaron el curso en la Universidade da Coruña confesaron que su intención es aprovechar esta oportunidad para completar sus estudios, aunque si pueden pasárselo bien, mejor que mejor. La mexicana Rebeca Venegas se animó a cruzar el charco y a continuar sus estudios en A Coruña, «porque unos amigos me platicaron de esta universidad, y me gustó mucho el programa de estudios que tiene la escuela de Arquitectura».
Hace una semana que aterrizó en Galicia y el balance no puede ser mejor: «Es la primera vez que vengo a Europa y estoy encantada, por la ciudad, por la gente, por la gastronomía, el tiempo...». Además, Venegas no tiene ningún problema con el idioma, situación que le simplifica mucho sus asistencia a las clases; algo que no le ocurre a las italianas Alessandra Spataro y Cinzia Castagna, estudiantes de Económicas en Palermo, a las que les cuesta un poco de trabajo darse a entender.
Piso compartido
«Ya conocemos la ciudad y nos gusta muchísimo, pero el español lo llevamos cosí, cosí», explica Spataro, que ha llegado a la Facultade de Economía coruñesa después de asistir a un curso de castellano, lengua que espera dominar tras su paso por la ciudad. Tanto ella como Castagna ya están perfectamente instaladas en A Coruña, y comparten un piso en Juan Flórez junto con otra compatriota italiana y un chico español.