1 Empezó casi de broma, en el año 2000, por aquello del cambio de milenio, y este fin de semana ya se celebró la edición número quince, con diez participantes más que el año pasado y un notable incremento de mujeres-rana. El club del Mar de San Amaro acogió una nueva y multitudinaria edición de su concentración de ranas a la que acudieron buceadores deportivos de toda Galicia. «Como siempre se trataba de encontrar unas botellas sumergidas en la ensenada que estaban atadas a una piedra a unos veinte centímetros del fondo y que en su interior escondían un regalo. Una divertida búsqueda del tesoro», apunta Fernando Seoane, director de la escuela del Club del Mar, muy satisfecho con la respuesta de la gente a pesar de los tiempos que corren. Lo cierto es que es una disciplina que cada vez cuenta con más adeptos en nuestra ciudad y existen varias y buenas escuelas que ayudan a descubrir la belleza de nuestros fondos marinos.
Álvaro sigue sumando
2 Ya no es estudiante de bachillerato. Este curso Álvaro Ortega González, el alumno-fenómeno del colegio Eirís, es universitario. En concreto, empezó un doble grado en Barcelona de Ingeniería Física y Matemáticas, becado por el CFIS por sus espectaculares resultados. Otro talento que se nos marcha. Ya está viviendo en tierras catalanas, pero sigue recogiendo frutos de sus extraordinario expediente académico en A Coruña y sumó un nuevo título, en este caso en la Olimpiada Iberoamericana de Biología, que se acaba de celebrar en México. Obtuvo una medalla de bronce
Tentación ibérica
3 Quince jamones de bellota y quince vinos diferentes para empezar la semana. Esta es la propuesta del evento bautizado con el nombre de Tentación ibérica, que se celebró ayer por la tarde en el hotel Meliá María Pita. En realidad fue como una feria en la que dieron cita medio millar de invitados, la gran mayoría hosteleros.
Bodas de oro
4 El alcalde de A Coruña y el de Curtis les enviaron sendas cartas para felicitarlos por las bodas de oro y la pareja se quedó encantada con este detalle y por la posibilidad de celebrar con toda su familia sus 50 años de matrimonio. Me refiero a Josefa López Sánchez, de 72 años, y Ángel Espiñeira Souto, de 73, que el pasado fin de semana festejaron el medio siglo de unión con una misa en la iglesia de San Roque de Xabriño, Curtis, y una comida.