La Diputación estudia cómo incrementar la afluencia a esta costosa instalación
24 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando nació el centro de interpretación de Chelo, se presentó como un instrumento para «acercar el entorno natural del río Mandeo a la población». Pero el tiempo ha hecho que ese «acercar» suene hoy a ironía. El Aula da Natureza parece más alejada que nunca. Las excursiones escolares son la principal razón de ser de un inmueble de esta envergadura. «Pero grupos de estudiantes por aquí no se ven desde el verano pasado», dice un responsable de la vigilancia del coto de Chelo. En parte por el complejo acceso hasta las puertas de esta nave de madera de 307 metros cuadrados. En el último trimestre del 2014 se instaló una señal para prohibir el paso a los autobuses «por non se poder dar a volta ao final do camiño». Es decir, los vehículos escolares han de estacionar en la explanada junto a la N-VI y los escolares han de bajar a pie y recorrer cerca de tres kilómetros entre ida y vuelta. Por eso en los meses de otoño e invierno el aula, construida con más de 700.000 euros de fondos europeos, sobrevive en el puro ostracismo turístico y pedagógico.
El actual gobierno de la Diputación, entidad responsable de su contrucción, recuerda que «este centro ya estaba proyectado cuando Diego Calvo llegó a la presidencia». «Está en nuestro ánimo buscar una solución», esgrimen desde Alférez Provisional. Y desde el Concello de Coirós, su alcalde, Francisco Quintela, desvela que el Aula adolece de otro tipo de problemas de acceso: «No tiene Internet».