Un detenido por droga en Mesoiro podría ser un asesino buscado por todo el mundo

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

La policía investiga si se ocultó en la ciudad con identidad falsa tras huir de Brasil después de dar muerte a un hombre

28 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La policía iba a por unos traficantes de droga de poca monta y se encontró de pronto con un posible asesino buscado en el mundo entero. Eso es lo que se cree y en eso están ahora, en averiguar si uno de los detenidos la semana pasada en un piso de Novo Mesoiro es en realidad un hombre que huyó de Brasil tras cometer un crimen. Las autoridades de aquel país emitieron entonces una orden de búsqueda internacional que no dio frutos. Pero puede que ahora los dé si se demuestra que el arrestado en Novo Mesoiro es, en realidad, ese prófugo criminal.

Cuando los agentes que investigaban a una banda dedicada a la venta de droga en la ciudad entró en ese domicilio nunca se iban a imaginar que dentro residía un hombre que podría tener una documentación falsa para ocultar su verdadera identidad. Vivía allí junto a un matrimonio, también de origen brasileño, y el hijo de estos. Se les tenía bajo vigilancia porque se creía que se dedicaban a distribuir droga por A Coruña. Sus principales clientes, las casas de citas ubicadas en pisos y una frutería de la calle Capitán Juan Varela, donde los clientes podrían comprar, supuestamente, desde albaricoques a un gramo de cocaína. La investigación concluyó la semana pasada, cuando la policía creyó tener ya todas las pruebas para detenerlos y llevarlos ante un juez. Así que procedieron a la entrada y registro en ese piso de Novo Mesoiro. En una de sus habitaciones dormía ese hombre. Les mostró una documentación con este nombre y apellidos: Michel Padilla Freitas. Hasta ahí, nada anormal. Lo esposaron y lo llevaron a comisaría. Y fue ahí donde los agentes empezaron a desconfiar y a no tragarse que se llamase así. Por varios motivos. El primero, que una de las detenidas en ese piso de Novo Mesoiro, de nacionalidad brasileña, tiene los mismos apellidos que la persona buscada por la Interpol; es decir, que se trata, supuestamente, de su hermana. Y dos, las yemas de sus dedos no eran como las demás. Apenas se le adivinan las huellas. Como si hubiese hecho algo para borrarlas.

La mujer detenida en el piso aseguró que el sospechoso no es su hermano, sino un amigo compatriota al que dieron cobijo en casa. Y él dijo lo mismo. Pero como la policía no se lo cree, pidió que lo metieran preso mientras no averiguan su verdadera identidad. Y ahí está en prisión, a la espera.

 

 

Detenciones

 

Los cinco detenidos, defendidos por el penalista Ramón Sierra, fueron puestos a disposición judicial como supuestos autores de un delito contra la salud pública. Negaron las imputaciones. Pero ni la policía ni el fiscal, que pidió su encarcelación, les creen una palabra. Los investigadores están convencidos de que tenían en A Coruña una red de distribución de cocaína y hachís. Con varias casas de citas tenían, supuestamente, un trato. Si un cliente le pedía algo de droga, llamaban a esta red y se la entregaban en mano. También una frutería de los Mallos estaba metida en el ajo. Su dueño -el único de la trama de nacionalidad española- presuntamente compraba droga al resto de los detenidos para luego venderla en su establecimiento.

 

Todos libres, menos el sospechoso

Cuando los cinco detenidos fueron puestos a disposición judicial para la ratificación de la orden de prisión, negaron los hechos que les imputaban. Todos dijeron, incluido el sospechoso de asesinato, que la droga que les encontraron era para su consumo. Todos salieron libres, menos el que podría ser un asesino. Si se demuestra que no lo es, lo soltarán.