Formación

Manuel González PERIODISTA

A CORUÑA

17 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Resultaría una obviedad decir que en estos convulsos tiempos que nos han tocado vivir la creación de empleo y la reactivación de la economía son condiciones fundamentales para el desarrollo de una sociedad más justa y participativa si no existiesen personas que con sus decisiones parecen defender todo lo contrario. Sin duda, la mejor política social, desgraciadamente tan necesaria, es aquella que procura el empleo y el bienestar de todos y todas los que estén en edad de trabajar y, por consiguiente, de sus familias.

Para conseguir ese objetivo irrenunciable vinculado al empleo, es absolutamente necesario que los poderes públicos inviertan en formación. Esta es un elemento esencial que incide en la mejoría de la competitividad de las empresas y de los productos y servicios que estas colocan en el mercado. Y quien no lo vea así, probablemente se equivoque. En ese escenario, me he visto sorprendido por la decisión del actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de A Coruña que pretende reducir en 150.000 euros la partida presupuestaria dedicada a la promoción del empleo mediante la impartición de programas de formación para diferentes sectores productivos.

Al respecto, me han sorprendido las declaraciones del concejal de Emprego e Economía Social, el filólogo Alberto Lema, en las que justificaba el injustificable (valga el juego de palabras) recorte en empleo por la falta de proyectos heredados del anterior gobierno. Dice el edil que al no haber un proyecto sobre «el que sostenerse, las actividades solo se podrían ejecutar tarde, mal y a rastras, improvisando y mediante contratos menores, una fórmula de gestión contra la que tengo muchos y justificados prejuicios». Curioso argumento político que revela la falta de proyecto en esta materia (¿cómo en otras?) de la coalición que gobierna en minoría el consistorio de María Pita.

En cualquier caso, la Marea Atlántica rige los destinos de A Coruña desde el pasado mes de junio. Seis meses en los que seguramente, con empeño y dedicación, se podría haber articulado y ejecutado un plan serio y solvente de formación para el empleo.

Rectificar es de sabios y la Marea está aún a tiempo de corregir su errada decisión. Mientras, esperemos acontecimientos.