Los lugares que se lo ponen difícil a los discapacitados

CLÁUDIA MORÁN A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La Unidad de Parapléjicos critica las escaleras mecánicas y la peatonalización y asegura que han vuelto a pagar el bus y la ORA

25 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«A Coruña fue un referente en movilidad y ahora diría que nos estamos jugando la promoción». Así describe Pepe Méndez, presidente de la Unidad Provincial de Parapléjicos, la situación actual de las personas con movilidad reducida. Denuncia que el Ayuntamiento no atiende las peticiones del colectivo, entre las que se incluye sustituir las escaleras mecánicas por rampas, establecer un mayor control sobre las plazas reservadas a minusválidos y que estos puedan acceder con sus vehículos de motor a las zonas peatonales.

Escaleras mecánicas

La implementación de escaleras mecánicas en varios puntos de A Coruña es, en palabras de Méndez, «una de las grandes aberraciones» que se han hecho en la ciudad. Las considera «inservibles», tanto para su colectivo como para «personas mayores o carritos de bebé», además de «peligrosas», donde ya se han producido algunos accidentes. La solución que propone es que se estudie sustituirlas por rampas, que «no son tan peligrosas en caso de caídas».

Méndez transmitió esta propuesta al alcalde Xulio Ferreiro, a la que también dio entrada en el registro municipal, pero asegura que aún no ha recibido una respuesta satisfactoria. Remarca, asimismo, el carácter «apartidista» de la asociación, ya que la misma iniciativa fue presentada «con Carlos Negreira», sin éxito.

Pero Méndez subraya que en cuestión de accesibilidad no todo es dinero. «Hay cosas tontas», indica, como plazas de aparcamiento para minusválidos situadas en el extremo opuesto de las entradas principales, en lugar de al lado, como ocurre «en el Muncyt».

Sugiere soluciones más sencillas como «rampas de madera» que se puedan «quitar» en lugares como «la entrada del Ayuntamiento», donde hay escalones, aunque insiste en aclarar que el Palacio Municipal «dispone de otras escaleras con asiento plegable». Señala también que en instituciones como la Policía Local de San Amaro el acceso principal no tiene rampa, pero matiza que, a pesar de ello, este lugar en concreto cuenta con otras áreas «totalmente adaptadas».

Peatonalización de la Marina

La nueva Marina tampoco es del agrado del colectivo, que critica que no se permite circular por las zonas peatonales a personas con movilidad reducida con sus vehículos a motor. «Si nos limitan la velocidad a 10 por hora no hay problema, pero si quiero ir a tomar un café necesito mi coche», señala Pepe Méndez. Añade que los están «echando de la ciudad» porque tampoco pueden acceder con dichos vehículos a «Adormideras, la torre de Hércules y la Ciudad Vieja».

Otra de las propuestas que presentaron ante los responsables municipales es un plan de Movilidad Ecológica para, entre otras medidas, habilitar escúteres eléctricas «de alquiler» en «puntos clave» como «la Torre o la zona de trasatlánticos» que permitan el desplazamiento de personas con dificultades «más allá de la Marina», incluidos «mayores y turistas». Explica que la Diputación actual asignó 18.000 euros para este proyecto, pero que el dinero «se perdió» por la falta de aportación del gobierno local, al que se pedía una subvención de 16.210.

Aparcamiento y transporte

A pesar de la existencia de plazas para personas con discapacidad, Méndez denuncia que hoy en día «es muy raro ver a un minusválido salir de una plaza reservada», ya que personas sin movilidad reducida «utilizan licencias de familiares» y aparcan durante «días». Considera que los trabajadores de la ORA deberían encargarse de «controlar» estos espacios.

Uno de los mayores cambios recientes que ha notado es que han vuelto a «pagar la ORA y el bus», cuando antes, asegura Méndez, estaban exentos de ello. «Unos buseros cobran y otros no», añade. A esto se suma el retraso en la aplicación del bonotaxi por la demora en la aprobación de los presupuestos municipales, pero opina que estos «no se pueden poner de excusa» porque «si el Ayuntamiento lo apoya, la oposición no va a decir que no».