¿Qué falló en el escaparate coruñés?

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Tras un año en el gobierno local, la formación revisará estrategias por el frenazo de las generales

29 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El mejor balance de las generales lo hacían estos días las caras, no las palabras. Unas de funeral, otras de primera comunión. «Perdéronse votos en todas as provincias e todas as cidades galegas, incluídas aquelas, como A Coruña, Ferrol ou Santiago, nas que existen gobernos de cambio», reflexionaban ayer desde la Marea Atlántica. Si los resultados no fueron los esperados a nivel general, menos todavía aguardaban lo que sucedió en A Coruña, su principal escaparate, el lugar donde todo empezó y donde también cosecharon el mayor retroceso.

«Hai que tomar nota», decía ayer el alcalde, Xulio Ferreiro. «Son tempos de reflexionar», indicaban desde la Marea. Las miradas desde la confluencia coruñesa se fijaban ayer en En Marea. Ese esquema, repiten sin abundar en la crítica, no sirve, y piden mayor presencia para lo que se monte a nivel autonómico, de las formaciones que gobiernan en las ciudades, y menos de los partidos que compusieron la coalición que fue a las urnas de la mano de Podemos.

Pero más allá de mirar a Galicia, en A Coruña también toca mirarse en el espejo. El PP celebra que sube y el PSOE festeja su resurrección. En Marea, que es segunda fuerza, analizará sus estrategias, porque lo puesto en el escaparate de María Pita desde mayo del año pasado no ha convencido a los votantes que hace seis meses los apoyaron y ahora les han dado la espalda. «A mesma xente que estaba aí en decembro está agardando unha oferta electoral ilusionante», decía ayer Ferreiro. En la carta de la Marea coruñesa figura la renta social municipal, una forma de relación hostil -mutua- con el PSOE y un buen número de gestos como los cambios en el callejero y la apertura del pleno. El votante que compró en diciembre, no lo hizo en junio. Seguramente la carta deberá cambiar para volverlo a llevar al mismo restaurante.

Del relax al desaliento y de prepararse para encajar el golpe a respirar de nuevo

El 26-J cambió muchas cosas en el panorama nacional y también lo hará en María Pita. La sorpresa en A Coruña se la llevaron todos. Mientras la Marea aguardaba la materialización de las encuestas y seguir con el ascenso a los cielos, populares y socialistas cogían aire para encajar el golpe. Y fue al revés.

La bajada de En Marea, en cuya campaña se implicó la confluencia coruñesa y personalmente el alcalde, supone el primer revés en los dos años de vida de la formación, que tras cosechar resultados espectaculares en las municipales y en las primeras generales, sacará ahora por vez primera en su corta vida, el cilicio y el manual de reflexión para ver qué ha ocurrido. Lo que hasta ahora parecía infalible ha mostrado un signo de debilidad para regocijo de populares y socialistas y evidente preocupación de quienes componen el gobierno local. Se espera más pronto que tarde un golpe de efecto que llegue a una parte del electorado que se quedó en casa. Fallar, falló, pero con todo ahí están sus 37.000 votos.