«Ahora hay que hacer cuidados paliativos al plan de paliativos»

R. d. Seoane A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

P. Rodríguez

El experto lamenta el abandono del programa de atención en el final de la vida y reclama más medios

25 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Francisco Barón, oncólogo del Hospital de Santiago y miembro de la comisión de ética del Colegio de Médicos, participó ayer en Padre Rubinos en el curso de la UIMP sobre atención humana a la persona mayor, y lo hizo con la ponencia Humanizar el final de la vida.

-¿Cómo ve el panorama de los cuidados paliativos en Galicia?

-Mal, en los cuidados en general y en cuidados paliativos, más. Cuidados paliativos es prestar la atención a las necesidades físicas, psicológicas, espirituales y sociales a un paciente con una expectativa de vida corta, sean meses o un año. Los médicos sabemos que cuando tenemos un enfermo incurable y los tratamientos se van agotando, debemos insistir en prestarle cuidados paliativos o de soporte. Sin embargo, el sistema gallego de salud, que en el 2007 creó un plan de cuidados paliativos, lo está dejando marchitar. En hospitales lo que vemos es presión, tirar para adelante... no hay mala fe, ni mucho menos, pero el sistema nos devora. Los cuidados en general y los paliativos en particular han quedado en una esquina del sistema hasta que... terminan por morir.

-¿Es un problema de medios?

-Es un problema de medios, de organización y de actitud. Los recortes del 2012 a todos nos han tocado, pero también tenemos parte de culpa los médicos en, por ejemplo, no enviar al paciente al registro de instrucciones previas, donde puede dejar constancia de cómo quiere ser atendido en el final de su vida, y eso lleva treinta segundos. Es responsabilidad del sistema y de los médicos en general porque los paliativos no son una prioridad. Hay otras, la quimioterapia, los trasplantes...

-¿Los mayores déficits están en la hospitalización a domicilio, relegada casi exclusivamente a los cinturones urbanos?

-Hay diferentes escalones en cuidados paliativos. El básico, que cualquier sanitario desde primaria tiene el deber ético y la capacitación para atender; el intermedio, en servicios como el mío, de oncología, que vemos muchos enfermos en el fin de su proceso pero no a todos los podemos enviar a las unidades de paliativos porque las inundaríamos; y el complejo, con dispositivos específicos, como las unidades de paliativos que pueden contar con otros apoyos, como las de hospitalización a domicilio. Cuando el enfermo puede estar en casa, nada es mejor que eso, con los apoyos que necesite. Sucede que no llegan a todos los sitios. Pienso en los pacientes de Noia o Lousame. Están en el límite entre la hospitalización a domicilio de Barbanza y la de Santiago. Más le vale cambiarse de concello si la necesitan.

-Eso supone una falta de equidad que ha de ser corregida, ¿no?

-Se ha intentado, se creó un grupo de trabajo, pero para eso hacen falta medios, al menos más personal. Si ya andan apurados, con más pacientes, más kilómetros y los mismos o menos medios, no cuadra.

-Entonces la receta parece clara, más recursos.

-Hay que recuperar el programa gallego de cuidados paliativos del 2007 y potenciarlo. Hay una comisión para ello equivalente al consello de bioética, pero desde fuera no se ve que lo esté consiguiendo. Los que estamos en la trinchera, lo que notamos es que el plan se está dejando marchitar, y al final los que sufren son los pacientes. Haría falta motivación, reorganización y recursos. No todo es cuestión de recursos, pero sin ellos no es posible. Hacen falta al menos los razonables, porque ahora hay que hacer cuidados paliativos al plan de paliativos.

-Al final son las familias las que apechugan y cargan con todo.

-Pero eso es fallar. Las familias están menos apoyadas, cuando uno de los principios básicos es que hay que cuidar al cuidador. La solución que tienen es acudir con su familiar a urgencias. Y que en el último mes de tu vida la salida sea ir a urgencias, ingresar y volver a reingresar, es simplemente un martirio. Y además deriva en obstinación terapéutica. Una forma de humanizar la asistencia es cuidar. Cuidar y curar no son dicotómicos, son complementarios. Y ofrecer buenos cuidados no solo ahorra mucho martirio, sino mucho dinero. Hay estudios que lo demuestran, que el último año de vida, un enfermo cuidado con apoyos ahorra miles de euros en hospitalizaciones, pruebas... Aunque solo fuese por una cuestión económica, debería tenerse en cuenta, pero ni eso. No nos queda más que superar este bache.