La Marea ensaya la minoría absoluta

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Sin conseguir garantías de apoyo a sus ordenanzas y rechazando el pacto con el PSOE, las tasas irán a pleno en seis días con pocas posibilidades de prosperar

26 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Faltan cuatro días para que se cumpla un mes desde la primera reunión en la que el PSOE pidió a la Marea entrar a formar parte del gobierno local. Del último encuentro ha pasado más de una semana y no se esperan más citas bilaterales. La Marea no les ha dicho que no a un pacto, pero está dejando claro cada día que no piensa aceptar las condiciones socialistas, que básicamente son entrar antes de la negociación de los presupuestos. El alcalde prefiere empezar a hablar sobre el asunto después.

El gobierno local parece haber decidido acabar el mandato en solitario. Lo que le queda por delante es lo mismo que probó hasta ahora: comprobar en cada asunto relevante que llevan a pleno que, con diez concejales -los mismos que el PP, con seis el PSOE y uno el BNG- y siendo la segunda fuerza en María Pita -ganó el PP por un puñado de votos-, estar en minoría no sirve, por mucho que los trámites se hagan en plazo, si se actúa como si fuera un gobierno en mayoría. Los antecedentes demuestran que no lo es.

Nuevos recibos

Sin ninguna garantía. Los cambios en las ordenanzas fiscales irán a pleno el próximo miércoles, día 2. Llegarán, a diferencia del año pasado, sin consensuar con ningún partido, y corren un claro riesgo de ser rechazadas o, en todo caso, de que pasen el trámite para ser modificadas después con los votos sumados de la oposición.

Presupuestos

Por mal camino. El 15 de noviembre irá a pleno la propuesta de presupuestos del gobierno local. Con los antecedentes que hay, esas cuentas no pasarán el trámite o, de hacerlo, serán completamente modificadas en la fase de alegaciones. Si son tumbadas, el gobierno local puede presentar una moción de confianza, una figura que da un plazo de un mes para que se ejecute una de censura. De no concretarse, esos presupuestos quedarían aprobados, pero solo en su fase inicial. Tendrían que volver a pleno, y entonces, una vez más, diez votos no serían suficientes y las cuentas que saldrían de ahí, por mucho que la Marea quiera sacarlas en minoría, poco tendrán que ver con las inicialmente presentadas.

Emalcsa y Emvsa

Sobre la mesa. En las últimas reuniones de las directivas de las dos empresas públicas, el gobierno local tuvo problemas para aprobar sus propuestas. No lo logró en Emvsa, con el nombramiento del concejal Xiao Varela como vicepresidente, y tampoco consiguió aprobar el presupuesto de Emalcsa porque la oposición no veía clara la previsión de ingresos. Los dos asuntos quedaron sobre la mesa ante la evidente falta de apoyos en los consejos. Algo parecido ocurrió al día siguiente en el patronato de la Fundación Emalcsa. Algunas inversiones sí salieron adelante a propuesta del gobierno local, pero uno de sus planes tuvo que quedar para mejor ocasión. La razón fue que si no había presupuesto aprobado en Emalcsa, difícilmente se podían consignar partidas para la fundación vinculada a esa entidad.

De los peros a los cambios en las cuentas al retraso del presupuesto y las inversiones

Los efectos de la minoría del gobierno local se repiten desde el inicio del mandato, salvo contadas excepciones.

Modificativos

Cinco veces a pleno. El año pasado el gobierno local trató de aprobar un cambio de dinero entre partidas -un modificativo-, pero el PSOE consideró que se habían traicionado los términos de la negociación previa. El texto tuvo que ir hasta cinco veces a pleno y acabó saliendo con cambios sobre el documento original con un considerable retraso. El pasado agosto la Marea volvió con lo mismo y, sin haberlo negociado antes con nadie, presentó un modificativo por 2,5 millones. Toda la oposición votó en contra y ahí sigue pendiente.

Sin ejecutar

La inversiones no llegan. Los presupuestos deben estar aprobados a 1 de enero para ejecutarlos durante el ejercicio. El gobierno local empezó a negociarlos con el PSOE el año pasado tarde, y los socialistas decidieron no comprar lo que allí se les ofrecía. Querían hacer las cosas de otro modo y el tira y afloja y la espera de la Marea por los resultados de la negociación retrasaron los trámites tanto que hasta junio las cuentas no estuvieron operativas. Por eso ahora, a fin de año, partidas como la de inversiones apenas se han ejecutado. Esta vez la Marea no quiere esperar por los frutos de un posible acercamiento, por eso los llevará en noviembre para ajustar los plazos e intentar que haya presupuesto en enero. Al no haber aceptado la propuesta de pacto del PSOE, que les garantizaría la estabilidad, es probable que una vez más las cuentas municipales se aprueben tarde. Cuando eso sucede no hay posibilidad de afrontar nuevas inversiones y proyectos.