María Pita, al descubierto

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

A CORUÑA

César Quian

03 feb 2017 . Actualizado a las 14:50 h.

Los destrozos en la cubierta de Riazor dejan al descubierto la renqueante acción del Gobierno local de A Coruña. Tras año y medio al frente de la corporación, con una minoría que les obligaría a mantener de forma permanente abiertos todos los canales de diálogo con la oposición y una prudencia máxima en las decisiones, el equipo de Xulio Ferreiro ha sido incapaz en este tiempo de solucionar un asunto que ellos mismos subrayaron como una acción prioritaria.

Los desencuentros entre la empresa adjudicataria de las obras de reforma de la maltrecha cubierta del estadio de Riazor y el Ayuntamiento venían de atrás, pero la llegada de la Marea a María Pita confirmó que la adjudicación realizada por el PP se iba a paralizar. Pero por si no fuera poco escollo para hacer frente a una intervención urgente (ya al final de la temporada pasada fue necesario cerrar una parte de las gradas por desprendimientos de chapas), hubo que esperar aún hasta octubre para rescindir el contrato. Y a partir de ahí, de nuevo toda la tramitación. El alcalde ya asumía que la obra no estará terminada, como pronto, hasta la próxima temporada. Desde la oposición, y a la vista de que el actual equipo de gobierno no está sobresaliendo por su agilidad administrativa, colocan el fin de las obras mucho más allá.

La suspensión del partido del Dépor de esta noche va a quedar en la memoria de miles de aficionados, que se aprenderán los nombres de las borrascas Jürgen, Kurt y Leiv como si fuera el ansiado tridente ofensivo. Pero quizás tampoco olviden que no han sido solo los malos vientos los que obligaron a suspender el encuentro con el Betis. Hubo tiempo para que las cubiertas estuviesen en condiciones de resistir los días duros del invierno atlántico.