Cremades, el machismo y el dinero

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

04 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los antecedentes no ayudan al humorista Jorge Cremades. Sus actuaciones, tildadas a veces de machistas y misóginas, han dado pie a varias iniciativas en la web Change.org, donde los más indignados firman, por ejemplo, para que se le retire el título de personalidad influyente en las redes sociales. Su último monólogo, Te odio, pero como amigo, que se ha llevado de gira por España, ha ido recolectando cierres en teatros de varias ciudades. Bilbao, Gijón o Elche, por motivos diversos, evitaron sus actuaciones, que viajan acompañadas por las protestas de sus detractores, que se dejan oír ahora en A Coruña, donde él actuará este mes.

Una de las peticiones en Change.org es que se dejen de subir a YouTube los vídeos de Cremades, porque «estigmatizan y ridiculizan a las mujeres» mediante «estereotipos machistas y bajo la excusa del humor». Pero a pesar de este escenario beligerante, sorprenden los datos que avalan el éxito del humorista alicantino, con varios millones de seguidores tanto en Facebook como en YouTube.

Desconozco si es el caso de Cremades, pero no es difícil encontrar otros ejemplos de contrastes tan acusados. Así, el machista y misógino Donald Trump arrastra a una legión de hombres y mujeres que le han permitido ganar las elecciones en su país. Parece que nos hemos acomodado en la creencia de que en nuestra sociedad occidental, preparada y cultivada, el machismo es para la mayoría un reducto del pasado. Pero no es así. En absoluto. Continúa bien enraizado e incluso se asume a veces con inocencia, lo que facilita que un grosero como Trump conquiste ejércitos para su causa o que un destemplado como el polaco Korwin-Mikke logre los apoyos necesarios para convertirse en eurodiputado y proclamar desde su púlpito que la mujer es inferior al hombre.

Al llegar Cremades a A Coruña, tanto la Diputación como el Ayuntamiento han pedido a los responsables del Colón que suspenda la actuación por su contenido machista. Y la sorprendente respuesta de la dirección del teatro ha sido que, a pesar de que no comulga con el espectáculo, no está en condiciones de impedirlo, por el alto coste de la indemnización que asumiría.

Y esto es tremendo. Si el problema con Cremades es que realmente sus monólogos son improcedentes por desconsideración hacia las mujeres, o si al menos la Diputación y el Ayuntamiento han llegado a esa conclusión, resulta demoledor que el argumento para mantener al cómico en escena sea el dinero. Porque cuando la asunción de lo lesivo se justifica con billetes de banco es precisamente cuando damos armas a personajes como Trump y retrocedemos muchos kilómetros en el terreno de los derechos que tanto esfuerzo ha costado ganar. Especialmente a las mujeres.