La vía por donde transita el olvido

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Marcos Míguez

El óxido y la maleza cubren el ferrocarril que atravesaba el polígono de la Grela

17 abr 2017 . Actualizado a las 18:38 h.

Saliendo de la estación de San Cristóbal a la derecha. Allí nace una vía muerta. Hace décadas circulaban por ella trenes que atravesaban el polígono de la Grela hasta los límites de la ciudad. Ahora el óxido envuelve los raíles. Un manto vegetal los arropa. Pocos metros después de apartarse de la principal, esta vía secundaria entra en una trinchera de varios metros de altura. A un lado está la parte trasera del Macuf; al otro la avenida da Sardiñeira. Y abajo la maleza acolchando el fondo y las laderas casi verticales.

Marcos Míguez

Los conductores de los miles de vehículos que cada día pasan por el final de la avenida de Arteixo desconocen que bajo el puente de ese vial con el ferrocarril vive gente. Al menos durante algunas temporadas. Sobre un lateral de la vía muerta, con el eco continuo de los coches, hay una chabola, con caseta para el perro incluida. Es difícil saber por dónde acceden los moradores a esta vivienda viendo la vertical de los taludes laterales. Unos decenas más adelante, ya entrando en el polígono de la Grela, sí es visible el lugar por donde algunos espectadores se cuelan, a través de la valla de alambre rota, para entrar en el campo de fútbol.

Por esta zona, la vía muerta discurre pegada a la parte posterior de varios establecimientos del polígono. Podrían abastecerse a través del tren. «No, no la usamos», bromea el empleado de uno de los locales. Al otro lado, con un descampado por medio, está la carretera que pasa por delante de Dolce Vita, también en vía muerta. Varios elementos llaman la atención en este tramo: una maleta olvidada en medio de la vía; un viejo Mercedes aparcado en un lateral dentro de una valla de alambre; una col que ha crecido en medio de la generosa maleza que, ayudada por el agua acumulada en el suelo, crece hasta casi tapar la que fue un día la palanca para el cambio de agujas.

fotos: Marcos Míguez

Y luego el túnel, en cuyo interior acabaron unas cintas de casete, una de ellas de Deep Purple, al lado de las inevitables pintadas. Las traviesas de madera, bien conservadas. Al salir del túnel, cuya boca tiene encima el área de servicio de autos Vázquez, una muñeca y una pintada: «Bajo tu cemento nos criamos las ratas». Unos metros más allá pasa por encima la tercera ronda. Y al final del trayecto están los depósitos de la refinería donde acaba el trazado de esta vía muerta por donde ahora transita el olvido.