La Ciudad Vieja lleva tres años esperando por la peatonalización de sus calles

Brais Capelán A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El Ayuntamiento continúa sin concretar la ejecución de la segunda fase del plan para los coches

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la casa de Rosalía de Castro junto a la plaza de la Constitución hay un letrero que dice: «Edificio en obras, se ruega no aparcar». Caso omiso hicieron dos vehículos que dificultaban el acceso a la puerta de tan emblemático edificio. Ambos tenían en su parabrisas la tarjeta de residentes de la Ciudad Vieja. Desde que se terminaron las obras del túnel del Parrote, debería haber comenzado la segunda fase de peatonalización del casco histórico, impidiendo a los residentes estacionar en las calles, y al resto de vehículos también circular.

El Ayuntamiento guarda silencio sobre este proyecto, que fue puesto en marcha por el anterior gobierno municipal en el 2014 y que el actual edil de Mobilidade, Daniel Díaz Grandío, afirmó que se culminaría. Por el momento no es así, y hay que remontarse a febrero para poner fecha a la última reunión entre el gobierno local y la asociación de vecinos María Pita. En dicho encuentro, el Ayuntamiento calificó el asunto como prioritario y marcó la problemática del aparcamiento como una de las claves a tener en cuenta.

Fue en verano del 2014 cuando dio comienzo la primera fase de la peatonalización de la Ciudad Vieja. Desde entonces, solo los residentes y comerciantes tienen permitido utilizar las calles para estacionar. Desde el Ayuntamiento se facilitaron tarjetas de residente y horarias para las tareas de carga y descarga. La instauración de la segunda fase quedó supeditada a la conclusión de las obras y la apertura del túnel del Parrote, de la que se cumplió recientemente un año. Desde entonces, cuando también se cambió el sentido de la calle Nuestra Señora del Rosario -donde ayer la Policía Local multaba a los automóviles que carecían de tarjeta de residente-, no ha habido avances al respecto. En el 2014, el PP cifraba este proyecto en 400.000 euros (seguridad y señalización), incluyendo un sistema de cámaras con detección de matrículas para controlar el acceso de los vehículos a los garajes.

Para quienes no disponen de un recinto cerrado donde aparcar sus vehículos, la única solución sería buscar una plaza libre en las inmediaciones de la Ciudad Vieja. Ese es uno de los asuntos más escabrosos de la peatonalización de la zona, pues desde que se vallaron los terrenos que Defensa posee en la Maestranza, se ha hecho más complicado encontrar un sitio libre. Las opciones pasan por crear zonas exclusivas para residentes y ofrecer plazas a bajo coste en los cuatro aparcamientos de la zona: María Pita, Parrote, Marina-Coruña y la Maestranza. En total, hay unas 1.600 plazas de pago a disposición de vecinos y usuarios en general en las cuatro instalaciones. En la Ciudad Vieja hay censados unos ochocientos vehículos, de los cuales más de la mitad tienen garajes. Esos coches son los únicos que seguirían entrando en el casco histórico una vez que comience la segunda fase del proyecto.

La única de Galicia

En la actualidad, la Ciudad Vieja coruñesa es la única de las siete grandes ciudades gallegas en la que los vehículos campan a sus anchas, lo que hace posible ver coches junto a monumentos y plazas emblemáticas. En el casco histórico apenas hay calles sin automóviles en sus bordes, que llegan a dificultar el acceso a viviendas y a vehículos de emergencias.

Hay vecinos que denuncian también la presencia de coches en la zona cuyos propietarios acuden a las consultas del hospital Abente y Lago. «Yo soy residente y aparco en la calle. Muchas veces tengo dificultades porque la gente que no encuentra sitio cerca del hospital viene por aquí», señala Belén Fernández.

«Creo que sería mejor sin vehículos, sobre todo para algunos comercios»

Santiago Vidal es otro vecino de la zona. Lleva casi 70 años residiendo en la Ciudad Vieja y, por tanto, la problemática de los vehículos en las calles no es nueva para él: «Estaríamos mejor sin ellos». «Creo que sería mejor sin vehículos, sobre todo para algunos comercios y bares», afirma este vecino, que cree que la situación de abandono de la Ciudad Vieja está, poco a poco, quedando atrás.

«Se van deixar as rúas igual de desfeitas, prefiro que queden os coches»

Eduardo Piñeiro posee desde hace seis años unos ultramarinos junto a la plaza de la Constitución. «Se van deixar as rúas igual de desfeitas, prefiro que queden os coches. No tempo que levo aquí non vin ningunha mellora», lamenta el comerciante, que alerta de la disminución del servicio de limpieza en los últimos años. «Está todo abandonado. Incluso os xardíns e as casas históricas», afirma.

«El coche se usa mucho aquí y hay servicios que son necesarios»

Juan Rodríguez es un vecino de la Ciudad Vieja que admite que no se llevaría los vehículos de las calles, simplemente «restringiría un poco las concesiones». «El coche se usa mucho aquí y hay servicios que son necesarios, como el paso de ambulancias o bomberos», afirma. A este residente le preocupa más el estado de abandono de los edificios y la falta de subvenciones para restaurar viviendas.

«Por nosotros, que por el interior no circule ni un solo coche. Ni uno»

El presidente de la Asociación de Comerciantes Ciudad Vieja, Adolfo López, se echa a reír al escuchar la palabra «peatonalización». «Por nosotros, que por el interior del barrio no circule ni un solo coche. Ni uno», exclama. El comerciante lamenta que el Ayuntamiento no los convocase a ninguno de los encuentros y defiende el modelo llevado a cabo en ciudades como Santiago o Pontevedra.

«Esperar más tiempo haría que fuese más caótica la situación»

El presidente de la asociación de vecinos Cidade Vella, Pedro Fernández Roque, señala que «esperar más tiempo haría que fuese más caótica la situación». Afirma también que la asociación está en contacto con los cuatro párkings que rodean el casco histórico y tiene una oferta de plazas a precios reducidos. «Con esta medida, creemos que quedaría resuelto el tema del estacionamiento», dice.