Urbanismo anunció primero que los nuevos elementos de seguridad estarían listos en la semana del 24 de mayo y luego amplió el plazo hasta el día 31. Superadas ambas fechas, los trabajos no han comenzado
05 jun 2017 . Actualizado a las 11:24 h.Ayer se cumplieron tres meses de la muerte de Manuel Rodríguez Gómez, un joven de Mesía de 27 años que perdió la vida al caer por accidente en la dársena de la Marina de madrugada. Solo 28 días más tarde, los buceadores de la Guardia Civil rescataron el cuerpo del actor Mateo González, de 35 años, que murió también al caer al agua, tras ir a una fiesta de la asociación de actores en el Real Club Náutico.
El accidente sufrido por Manuel Rodríguez fue considerado un accidente aislado por el gobierno local. El alcalde, Xulio Ferreiro, señaló que la zona había estado sin vallas durante «moitísimos anos» sin que ocurriese nada. El concejal Alberto Lema llegó a decir que el Ayuntamiento no tenía nada que decir en materia de seguridad: «Non son competencia nosa [del Ayuntamiento]», ya que estaban «pendentes da recepción da obra», por lo que «non temos nin competencias nin responsabilidades niso».
Pero tras la muerte de Mateo González, el gobierno dio un giro y el 3 de abril anunció «medidas inmediatas» para incrementar la seguridad en la dársena.
Al día siguiente, los técnicos de seguridad del Ayuntamiento terminaron el informe que el ejecutivo local les había solicitado sobre ese asunto. Proponía instalar «un sistema de protección de caídas ao mar», dada la abundancia de edificaciones de gran aforo en la zona -incluyendo hoteles, establecimientos de ocio, edificios administrativos...-, el hecho de que se trata de un espacio de tránsito nocturno y de que los fines de semana se producen concentraciones de gente».
Un día después, el 5 de abril, se hizo público que el Ayuntamiento instalaría el citado banco corrido para evitar nuevas caídas. En esas semanas también se hicieron mejoras en la iluminación, con el fin de facilitar que los transeúntes pudiesen ver con claridad el cantil incluso de noche.
Aunque la idea no gustó a los autores de la futura reforma de la Marina, ni a un exdecano del colegio de Ingenieros de Caminos, el ejecutivo municipal decidió aplicar la solución aportada por sus técnicos, y el 10 de abril envió el informe a la Autoridad Portuaria junto con una solicitud para instalar la citada pieza de mobiliario urbano. El permiso del Puerto es necesario, ya que es el propietario de los terrenos.
La institución dependiente del Ministerio de Fomento envió su respuesta ese mismo día, dando su autorización y subrayando que no veía inconveniente alguno.
Pero 23 días después el banco seguía sin estar desplegado, y ese 3 de mayo una furgoneta de una empresa concesionaria municipal cayó a la dársena. El conductor la había estacionado sin el freno de mano. El incidente no provocó daños personales. Pero el rescate del furgón, en el que participaron buceadores y una grúa de gran tonelaje, fue el gran espectáculo de la mañana, y cientos de vecinos y cruceristas lo siguieron en directo.
Aquel día, fuentes del gobierno local anunciaron que la colocación de los bancos se contrataría en una semana, y que el mobiliario se desplegaría en las dos semanas siguientes. Es decir, el 25 de mayo los trabajos deberían haber quedado completados.
Pese a que en abril se habían anunciado «medidas inmediatas», el plazo no se cumplió. Urbanismo anunció el 17 de mayo que los bancos que había adquirido en el 2015 para la Marina -y para los que tenía permiso de instalación desde entonces- serían destinados a otro punto, por lo que se comprarían otros nuevos.
El concejal titular de esa área, Xiao Varela, se marcó otro plazo de dos semanas para que la empresa contratada suministrase las nuevas piezas de mobiliario y fuesen instaladas. Es decir, los bancos deberían estar listos hacia el 31 de mayo, pero de nuevo el plazo se ha vulnerado, y ni siquiera han comenzado los trabajos de colocación de los mismos en la zona de la Marina.