Nano Macedo: «Con 17 años compré un piso en Barcelona, y con 18, un Mercedes»

A CORUÑA

MARCOS MIGUEZ

Retirado del fútbol profesional hace tres meses, acaba de empezar a entrenar a los chavales del colegio Obradoiro, donde estudió

23 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Creció con Iniesta. «Cuando llegué a la Masía ya estaba él. Tenía dos años menos que yo y fui viendo cómo crecía como futbolista. Siempre fue una referencia. Con Víctor Valdés también viví muchas experiencias juntos. El mundo del fútbol es complicado. Cada uno va a lo suyo, pero los amigos que haces son para toda la vida», reflexiona Fernando Macedo Da Silva Rodilla, Nano para todos. En los apellidos hay mezcla del origen mozambiqueño del abuelo y de la rama familiar coruñesa. Nació en año de Mundial, en 1982, y se retiró del fútbol profesional hace tres meses después de haber jugado «70 partidos en primera, 155 en segunda y más de 200 en Segunda B. Marqué 57 goles en total. El debut con el primer equipo del Barça lo tengo grabado en VHS. Fue en agosto de 1999 en la Supercopa contra el Valencia y jugué todo el partido», recuerda con precisión. Charlamos en la plaza de Vigo. Me habla de sus comienzos, de los equipos por los que pasó, de su mujer gaditana, de sus hijos, y de lo diferente que fue hasta ahora su vida comparada con otras personas de su edad. «Mis amigos de siempre todavía no se casaron o tienen niños pequeños», comenta Nano, padre de Daniela, de 9 años, y Hugo, de 6. «Los dos juegan al fútbol pero no les rompo la cabeza con el tema. Si un niño va a llegar lo hará antes o después, no hay que tener prisa», aconseja. 

En el colegio Obradoiro

Este curso se acaba de iniciar su etapa de entrenador de fútbol y de atletismo en el colegio donde estudió cuando era como sus actuales alumnos. «Tengo el título para entrenar a todos los niveles. Mi idea es seguir unido al fútbol como ojeador o lo que sea», asegura Nano, que cuando tenía 14 años fue campeón de salto de longitud y de 150 metros. «Siempre hice mucho deporte. En el cole jugaba al fútbol sala, Manolo Corredoira me dijo que fuese a un partido con el Ural y estuve hasta los 15 años. En un partido de la liga gallega contra el Rápido de Bouzas metí dos goles y di otros dos. Había ojeadores. Además de Barça me querían otros equipos como el Oporto o el Madrid, pero el Barcelona siempre me llamó la atención. Acabé el curso (3.º de la ESO) y me fui para allá. Estuve dos años en la Masía y al principio me pasé muchas noches llorando», recuerda. Con 17 debutó con el primer equipo y le hicieron un contrato profesional de 5 años. «Me compré un piso y mis padres vinieron a vivir conmigo. Por las tardes iba a clases particulares con Mikel Arteta y terminé 2.º de Bachillerato. Más adelante saqué el carné y me compré un Mercedes SLK biplaza. Fui muy criticado por la prensa porque les parecía un exceso para una chaval tan joven. Pero nunca he sido de derrochar ni me ha vuelto loco el dinero. Lo que gané lo invertí bien. En esta profesión maduras antes de tiempo», relata. 

¿Y el Dépor?

«Nunca jugué en el equipo de mi ciudad. No se dio la situación. Me lo preguntan muchas veces y mis amigos siempre me dicen que les hubiese gustado verme en el Dépor . Si algún día puedo trabajar con ellos bienvenido sea», apunta Nano, que durante casi dos décadas jugó en el Atlético de Madrid, Getafe, Cádiz, Racing de Ferrol, Numancia, Osasuna, Alavés y de nuevo a Ferrol. «El gol más bonito fue uno en el Camp Nou de cabeza jugando con el Getafe», destaca. En el sur conoció a su mujer, que lleva la tienda de Scalpers en Marineda. «De Cádiz a Coruña es un cambio muy grande, pero ya se amoldó». Dice que sigue siendo del Barça. Que disfruta con los amigos y con una buena paella. Le encanta hacer escapadas y practicar deportes de aventura con sus hijos. Por las mañanas va al gimnasio. «Quiero empezar a jugar alguna pachanga y apuntarme a alguna carrera», adelanta. Se le ve en forma.