Es calidad de vida

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

A CORUÑA

ANGEL MANSO

11 dic 2018 . Actualizado a las 19:12 h.

La corporación municipal se encerró el lunes durante más de seis horas en un pleno en el que apenas se tomaron decisiones de gestión, de esas que afectan a la vida de los ciudadanos. Mientras tanto, miles de personas trataban de escapar de la ratonera en la que se convirtió el centro por un accidente en el túnel de María Pita, pero en última instancia por la inacción de los responsables del tráfico y de la movilidad de las personas.

Algunos de los concejales allí enclaustrados hasta expresaron en las redes sociales su malestar por el inmenso atasco que se encontraron cuando quisieron llegar a María Pita. Pero después, en la sesión, en el foro en el que se han de plantear los problemas y buscar las soluciones, apenas una alusión a regañadientes sobre lo que los coruñeses estaban padeciendo en la calle.

«No es una emergencia, es calidad de vida, pero a ellos solo les importa la suya», escribía ayer una persona en la página web de La Voz de Galicia en relación con la gestión que desde el Ayuntamiento se hizo del atascazo de este lunes. Una visión diametralmente opuesta a la del concejal Díaz Grandío y del propio alcalde, para quienes el caos que se padeció desde poco antes del mediodía y hasta media tarde no pasó de ser una incómoda «circunstancia puntual» ante la que hay que tener paciencia. ¿Y si mañana hay que cerrar de nuevo al tráfico los túneles del Parrote y María Pita volvería a suceder lo mismo? A juzgar por las palabras de los responsables municipales, exactamente igual, porque, por ejemplo, abrir a los coches la Marina semipeatonal, como proponen centenares de ciudadanos, no entra en sus planes.

Al menos eso es lo que dicen ahora. La gravedad de otras circunstancias también fue negada y objeto de chanza por parte de los munícipes. Pasó con las pintadas que embadurnan la ciudad. Quizás sería distinto si el alcalde y los concejales (del gobierno y de la oposición), en lugar de permanecer seis horas encerrados en el noble salón del Palacio Municipal debatiendo larga y por momento tediosamente mociones que nunca se van a cumplir, estuviesen atrapados en el atasco interminable. En efecto, es calidad de vida.