La Marea profundiza en su crisis interna y tres exediles piden  democratizar el partido

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

CESAR QUIAN

El sector de Ferreiro rechazó las críticas sin hacer concesiones

29 jul 2020 . Actualizado a las 08:08 h.

La Marea Atlántica se sumerge en su crisis interna. Tres exconcejales y fundadores del partido, María Eugenia Vieito, Rocío Fraga y el también exsenador José Manuel Sande, presentaron a la asamblea de la formación una carta en la que piden «unha reflexión seria» sobre la situación de su espacio político, que sufrió un varapalo en las últimas autonómicas tras perder la alcaldía en mayo del 2019.

La misiva, que rubricaron además de los ediles otros 28 militantes y simpatizantes, reclama que el partido se reabra a los ciudadanos y se democratice, con el comienzo, «xa, de procesos democráticos e participativos reais».

Los exediles denuncian que «non houbo autocrítica despois das eleccións municipais de 2019, nin tan sequera un espazo de reflexión real, interno e pausado», a pesar de los problemas del ejecutivo de la Marea, que hizo «un goberno que parecía oposición» así como ahora hace «unha oposición que parece un goberno perdido, desde dentro do pazo e sen saír ás prazas».

El escrito propone celebrar una «Marea Viva» -un congreso- en el que se recuperen las «ferramentas internas de participación descentralizada», se abra el censo para facilitar la colaboración de los ciudadanos, y se revisen y amplíen los «órganos de decisión, incluído o encargado do traballo con outras organizacións políticas», principal responsabilidad oficial que mantiene el exalcalde Xulio Ferreiro.

La persecución de los críticos

La carta pide además «comprender e coidar a quen quere aportar desde a discrepancia». Pero eso fue justo lo que no ocurrió, según asistentes a la asamblea.

El sector mayoritario, encabezado por Ferreiro -que abrió y cerró la reunión-, y el viceportavoz del grupo municipal, Iago Martínez, rechazaron las tesis del escrito sin concesiones y en un ambiente de marcada tensión.

Ese grupo, que en el 2018 reformó las normas del partido para reforzar su control interno, ha pilotado la Marea sin oposición desde entonces, mientras se desplomaban sus resultados electorales y el partido se distanciaba de Podemos -su formación matriz - y de sus aliados naturales en la izquierda: PSOE y BNG.

En ese período, como ha ocurrido ahora, la formación fue refractaria a la autocrítica, y proscribió las opiniones contrarias a la línea oficial. Así lo denuncia la misiva de los exconcejales, que dice: «Hai voces discordantes ou críticas que foron caladas con procesos dirixidos máis a excluílas e mesmo expulsalas que a construír e atopar consensos».

El nuevo rechazo a asumir cualquier crítica, según fuentes del partido, abre un escenario complejo en el seno de la Marea.