A mi gata le gusta Philip Roth

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Siente predilección por «La conjura contra América» y la trilogía de Zuckerman. Tiene clase. Claro que es nativa de Valga, como la Bella Otero, y eso te marca de por vida

31 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Para saber si un libro merece ser leído hay quien lo abre por una página cualquiera —la 71—, cata un párrafo y ya sabe si hay que zambullirse en él o tirarlo por la ventana. Paco Umbral, en vez de tirar los títulos malos por la ventana, los lanzaba a la piscina.

Quizá solo sea una versión de la leyenda de otro autor que arrojaba las novedades al agua y, si alguna pese a todo flotaba, la repescaba para leerla. También había quien le daba el texto a probar a una cabra y si el bicho prefería no comerlo, es que allí dentro había literatura de la buena que el rumiante no quería profanar. Algunos todavía hoy le hacen a la narrativa algo parecido al test del huevo de Colón. Plantas la obra en vertical sobre la mesa: si cae desplomada, es palabrería prescindible; si se sostiene en pie, obra maestra.

Recuerdo todo esto ahora porque a mi gata le ha dado por arañar los lomos de mis novelas de Philip Roth. Copito —es albina, como el difunto gorila del zoo de Barcelona— se encarama a la literatura norteamericana y, si me pilla despistado, pone las uñas a rascar párrafos como si quisiera afilar —aún más— la prosa de Roth. Siente predilección por La conjura contra América y la trilogía de Zuckerman. Tiene clase. Claro que es nativa de Valga, como la Bella Otero, y eso te marca de por vida. Estoy por ficharla de crítica literaria. Si rasca el lomo, hay calidad. Si husmea e ignora, nada que leer ahí.

Las libreras coruñesas, mis amigas de Berbiriana y Moito Conto, que invierten tanto tiempo y neuronas en leer por anticipado los envíos de las editoriales para luego aconsejar con paciencia y sabiduría a los clientes, me van a reñir por todo esto, pero ya me imagino a mi gata paseando por las mesas de novedades para detectar, como los perros de los aeropuertos, dónde están los adjetivos, las drogas, las metáforas y los explosivos.