De la cantera a la cima de la música orquestal, 30 años de la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia

Caterina Devesa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

De izquierda a derecha: Carolina Rodríguez (oboe), Raúl Miras (violonchelo), Manuel Fernández (trompeta), Sara Areal (violín), Mihai Tanasescu (violín), Óscar Vázquez (trombón) y Nicolás Gómez (trompa)
De izquierda a derecha: Carolina Rodríguez (oboe), Raúl Miras (violonchelo), Manuel Fernández (trompeta), Sara Areal (violín), Mihai Tanasescu (violín), Óscar Vázquez (trombón) y Nicolás Gómez (trompa) Marcos miguez

Más de dos mil profesionales se han formado en la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia, y una veintena de ellos ocupan plazas titulares en la OSG y otras agrupaciones punteras de Europa. Para celebrar su aniversario, la formación ofrece este domingo un concierto en el Palacio de la Ópera

31 mar 2024 . Actualizado a las 10:35 h.

Más de 2.000 intérpretes de entre 14 y 22 años, 120 encuentros, 200 conciertos y una veintena de músicos en las orquestas principales de Europa son el balance de los treinta años de la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia (OJSG). Para celebrarlo, la formación ofrece este domingo a las 20.00 horas un espectáculo en el Palacio de la Ópera con más de cien instrumentistas y que contará con la presencia de la soprano Mirien Urbieta-Vega y la dirección de José Miguel Pérez-Sierra.

Inicios

Creada en 1994. La OJSG nació como una escuela de práctica orquestal y a lo largo de su trayectoria ha permitido a cientos de jóvenes completar su formación musical participando en espectáculos con maestros como Alberto Zedda, Dima Slobodeniouk, James Judd, Pietro Rizzo, Michael Gilbert, Víctor Pablo Pérez, James Ross, Diego García Rodríguez, José Trigueros o Joan Company, entre otros.

Objetivo. El cometido más importante, en palabras de Víctor Pablo Pérez, director honorario de la OSG y uno de los promotores de la Joven, no es dar conciertos «es conseguir formación para los jóvenes». La iniciativa surgió porque en aquel entonces, no había músicos autóctonos. «Hubo muchas críticas, ya que eran todos extranjeros No entendían algo tan sencillo cómo que no había profesionales nacionales preparados para entrar en la orquesta profesional. Se había creado un círculo vicioso. No había músicos porque no había orquestas y no había formaciones porque no había profesionales. Lo que hicimos fue traer a gente de fuera que, además de tocar de forma excelente, enseñasen. Hubo algunos que no quisieron entrar en ese sistema y no se les renovó el contrato en la OSG. Queríamos formar a las futuras generaciones», subraya Pérez, que destaca el trabajo de Alejandro Sanz Redondo, director artístico de la Joven. «Ha llevado el peso continuo. También es fundamental la labor de Jorge Montes y Enrique Iglesias Precedo con las formaciones infantiles».

Iniciativa pionera. El director honorario de la OSG deja claro que no tuvieron «ninguna duda» de que la iniciativa saldría bien. «Estábamos convencidos. Después de la Jonde, la OJSG fue de las primeras en nacer en España. Fue pionera en cuanto a orquestas autonómicas. Estaba todo enfocado en crear esa cantera, es la mejor forma de conseguir que la OSG tenga una continuidad y un sonido propio», señala Pérez.

HORNADA de profesionales

De la Joven a la OSG. Raúl Mirás (violonchelo), Mihai Tanasescu (violín), Sara Areal (violín), Manuel Fernández (trompeta), Carolina Rodríguez (oboe), Nicolás Gómez (trompa), Óscar Vázquez (trombón) Diana Poghosyan (violín) y Abi Smeu (violín) ya cuentan con plaza en la OSG. Gómez accedió a la OJSG con solo 14 años. «Son de Viveiro e estudaba o grao medio. Meu profesor motivoume para presentarme no 2015. Quedei na reserva, pero leveime a sorpresa de que me chamaron para un dos encontros», recuerda el chico, que fue el primer alumno en pasar a la OSG. «Foi un premio para todos», añade. Poco después, accedió a la principal su compañero Mihai. «Éramos conscientes de que el alumnado aventajado de la Joven tendría la oportunidad de ascender. Fue todo un orgullo, ya que se conseguía cerrar el círculo», apunta Mihai. Por la OJSG también pasó Roberto González-Monjas, actual director de la OSG. «Siento un orgullo muy grande de haber estado en ella. Es un proyecto que siempre me abrió puertas, lo aprendido de joven lo puse en práctica como profesional. Es un sistema sostenible en el que cada vez más jóvenes terminan siendo embajadores».

También en Europa. Si en sus inicios no había músicos nacionales, ahora «el 90 % de las plazas se cubren con profesionales procedentes de la cantera», subraya Víctor Pablo Pérez. «No solo están ocupando plazas de solistas en la OSG, también en las formaciones más prestigiosas del país y de Europa, como la Euskadiko Orkestra (País Vasco), la Orquesta Estatal de Baden (Alemania), la Nacional de España, la Orchester der Stadt Ulm (Alemania), la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín (Alemania), la Ópera de Zúrich (Suiza), la Orquesta de Cannes (Francia), la de Lille (Francia) o la Academia Nacional de Santa Cecilia (Italia)»

Disciplina y valores. Además de crecer como profesionales, todos destacan su evolución personal. «Fue una experiencia clave. Pude aprender de la mano de músicos excepcionales, pero también crecer personalmente y aprender valores como el respeto, esfuerzo, responsabilidad, disciplina, concentración, perseverancia, paciencia, y trabajo en equipo», destaca Carolina Rodríguez. Su compañera Sara Areal indica que pasar por la OJSG fue «una vivencia muy fuerte». «Se junta mucha energía de gente joven, en mi época, de España y Portugal», La profesional tambien hace hincapié en las ganas «que ponía todo el mundo para sacar el repertorio adelante y lo conectados que estábamos gracias a las actividades de convivencia». Así, además de compañeros, de la formación han surgido grandes amistades. Para Roberto González Monjas, la formación joven «es disciplina, es pasión, es todo». «Los chicos aprenden que se pueden dedicar a ello porque se les anima a estudiar y muchos, como fue mi caso, dicen: Esta es mi vocación».

futuro

No estancarse. Para González-Monjas es clave dejar claro que «el proyecto de la OJSG es ya una realidad» y considera que el reto es «que se le dé la suficiente importancia desde las instituciones y la sociedad para que no se estanque, se haga más moderna y más grande». Para ello, señala que «hace falta mucho apoyo». «Una iniciativa joven no puede autofinanciarse, debe entenderse, no como un espacio en el que los chicos se lo pasan bien, s ino como una medida puntera para el desarrollo cultual, sobre todo de Galicia. Es un modelo a seguir para todos», indica el director de la OSG, que añade: «Es como plantar un árbol, si lo riegas lo verás crecer. Nosotros estamos plantando no uno, sino cientos».

Andrés Lacasa, gerente del Consorcio para la Promoción de la Música «Hemos conseguido la excelencia y ahora toca cuidar a los profesionales»

Andrés Lacasa asumió el cargo de gerente del Consorcio para la Promoción de la Música en el 2011
Andrés Lacasa asumió el cargo de gerente del Consorcio para la Promoción de la Música en el 2011 ANGEL MANSO

El gerente del Consorcio para la Promoción de la Música, Andrés Lacasa Nikiforov (Madrid, 1976), pone en valor la trayectoria de la Orquesta Joven y analiza los retos del futuro de la entidad, entre los que avanza la necesidad de proteger la salud mental y física de los músicos.

—¿Qué significa para usted la Orquesta Joven?

—Creo que es uno de los proyectos de los que Galicia se puede sentir más orgullosa. No solo por el resultado, que es tangible por la cantidad de músicos que hay por todo el mundo y que han salido de la formación, sino porque ha sido una idea que poco a poco se ha ido imitando en otros lugares de España.

—¿Cómo valora la trayectoria de la formación?

—Muy positivamente. Además de a la creación y de fomentar la excelencia artística, lo más importante de la OJSG, y de las otras formaciones del Consorcio, son los valores que contagian a todos los alumnos que participan. No todos acaban siendo profesionales, pero todos aprenden compañerismo, trabajo en equipo y el amor por la estética de la belleza, que es lo que hacemos con la música.

—¿Qué papel tiene la orquesta?

—Creo que las formaciones, ahora más que nunca, son un espacio seguro donde todos los niños y jóvenes, independientemente de su entorno sociocultural, se siente libres para hablar en un mismo lenguaje, que es el de la música.

—¿Qué objetivos tiene?

—Actualmente, la infraestructura cultural es muy amplia y en prácticamente todas las capitales de provincia todas las formaciones cuentan con una para jóvenes. Por eso, hay que seguir adaptándose al entorno. Se habla mucho de la salud de los músicos profesionales, mental y física, y creo que en la OJSG, del mismo modo que en las enseñanzas superiores de música, se va a ampliar mucho el campo de acción.

—¿Qué va a cambiar?

—Hasta ahora se ha priorizado la excelencia musical, pero no es sufriente. Es necesario dotar a los alumnos de herramientas para afrontar el futuro. Los músicos son como los deportistas, es fundamental que dispongan de métodos para prevenir todas las dolencias que conlleva ese nivel profesional. También para que tengan una visión global, ya que ahora la realidad del sector es mucho más amplia y deben saber gestionar las relaciones con el mundo de la empresa privada. En los próximos diez y veinte años, las orquestas jóvenes van a tener mucho que decir sobre esto.

—Habla de la salud de los músicos como prioridad.

—Ahí sí que creo que va a haber un cambo de paradigma. Ya hemos conseguido la excelencia profesional y ahora toca cuidar la salud de los músicos.

Demanda un plan estratégico para la «compleja» situación financiera

El gerente del Consorcio señala la necesidad de mejorar las cuentas para mejorar la red de formaciones en torno a la OSG: la Joven, la Infantil, además de los diferentes coros.

—¿Cuál es la situación actual?

—El Consorcio es una familia numerosa, ya que son muchas agrupaciones y, al igual que ocurre en la economía doméstica, por ello se requieren más recursos para proteger a todos por igual. La situación es común a todo el sector cultural. Se han aumentado los gastos por la inflación, además, en España ha habido un aumento de salarios en el sector público y todo eso nos cogió recién salidos de la pandemia, por tanto, con menos público y más gastos. Además, el Consorcio ha sufrido también problemas por su propia estructura, ya que nuestra sede está sujeta a un alquiler que se actualiza conforme al IPC.

—¿Cómo se pueden mejorar las finanzas?

—Tiene que haber un punto de inflexión y desarrollar un plan estratégico de cara los próximos 5 o 10 años con el objetivo de garantizar que estos problemas no se vuelvan a repetir. Esta situación compleja es un punto que ya se ha abordado en la junta directiva y que se ha trasladado a las Administraciones implicadas (Xunta, Ayuntamiento y Diputación). La idea no es solo mantenernos, sino fortalecer mucho más lo que hacemos. Hasta ahora no se había elaborado ningún plan porque antes no existía cultura en este sentido, pero ahora debemos trabajar en la excelencia corporativa y asegurarnos de que todo funciona como debe ser.

—¿Se han recuperado las cifras de asistencia tras la pandemia?

—Sí, el balance del 2023 fue muy bueno, ese año aumentamos un 30 % la asistencia y este primer trimestre del 2024 ha sido mejor que el del pasado año

—¿Qué papel juegan las formaciones para niños?

—Un papel fundamental para que los pequeños de todas las edades y condiciones sociales tengan acceso a la música gracias a la inversión pública. Ahora toca protegerlas y seguir con la labor.