El Antonio Molina de los Olmos

ARTEIXO

Javier Varela, que trabaja en una empresa de limpieza, arrasa en Youtube con un vídeo en el que limpia y canta

02 sep 2015 . Actualizado a las 08:50 h.

Varias personas se arremolinaron hace unos días delante del acceso a las galerías de los Olmos, donde se produjo un incendio. Se pararon, no para ver cómo había quedado el inmueble, sino para escuchar al empleado de una empresa de limpieza que mientras hacía su trabajo cantaba una canción de Antonio Molina igual que el legendario intérprete. «Era un coro de gente con los teléfonos móviles grabando. Hasta hubo unos andaluces que me preguntaron si era gallego. Podía haber puesto un gorro en la calle para que echasen dinero», recuerda el operario-cantante, Javier Varela. Tiene 44 años, es de Carballo, pero reside en Arteixo con su mujer y un hijo de 4 años «que también canta y baila», asegura el padre. Dice Javier que canta desde siempre. «Recuerdo a mi abuela que hacía las camas cantando. Creo que eso se ha perdido, quizás por vergüenza, pero antes era muy habitual ver a alguien, por ejemplo, realizando tareas en la huerta e interpretando una pieza», comenta este hombre que se muestra «muy sorprendido», por la repercusión en las redes del vídeo que grabó una viandante que pasó por la calle de los Olmos y colgó en Youtube. Javier hizo de todo en la vida, y siempre cantando. Soldador de profesión, trabajó en Canarias de mozo de limpieza, de maletero, de recepcionista de un vídeo club... «Mis jefes están encantados porque siempre saben donde estoy porque me oyen, no me puedo escaquear», afirma sonriente. «Hay un repertorio al que tiendes a ir, últimamente se me da por que el Qué bonito de Rosario», asegura el Antonio Molina de los Olmos, que reconoce que le gusta hacer versiones de canciones flamencas. De joven estuvo en una orquesta y ahora, debido a la crisis, no descarta intentar convertir su pasión en algo remunerado.

Deportista veterano

«Me encanta el deporte», afirma José Leal-Piñeiro Silvar, de 73 años, el nadador de más edad en terminar la travesía a la ensenada de San Amaro que se celebró el fin de semana. En su casa atesora más de veinte trofeos y varias medallas, y eso que empezó a nadar hace poco más de una década. «Durante mucho tiempo corrí 20 kilómetros tres veces por semana, pero me fastidié las rodillas. El cirujano que me puso una prótesis me dijo que solo podía hacer natación o bicicleta», relata José, que forma parte del equipo de veteranos del Club del Mar, una entidad que dentro de unos días celebra su 80.º aniversario. Cada día hace 100 flexiones, 500 abdominales y media hora de bici estática, además de los entrenamientos en la piscina de la instalación y en el mar. «He ido nadando a la torre de control desde San Amaro. No nado bien, pero me gusta. Lo hago por salud», asegura.

Golf en Miño

Sigo con deportistas. Manuel Basanta, Ignacio Soriano, Patricia Becerra, José Luis Alvedro e Isabel Piñeiro, forman parte del cuadro de ganadores en las distintas categorías del primer torneo de golf Concello de Miño. Gente en forma, aunque no creo que tanto como el nadador del Club del Mar.