Colapso contra la productividad

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló CRÓNICAS CORUÑESAS

ARTEIXO

19 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La rotonda de Sabón sigue condenada al colapso. Más de diez años de espera, dieciocho meses de molestas obras y 10,5 millones de euros de inversión han aliviado algo el problema, pero no han acabado con los atascos que, todavía, a determinadas horas del día, se producen en el acceso al polígono industrial de Arteixo. Dar entrada y salida a unos cinco mil empleados del centenar de empresas asentadas en el parque de Sabón -la mayoría tienen horarios similares- no se planteó nunca como una tarea sencilla, pero las dudas que algunos adelantaban cuando se construyó la rotonda en dos niveles no han tratado mucho tiempo en hacerse realidad.

Ya no se ven las largas caravanas diarias que se formaban, a primera hora de la mañana, por las carreteras de Pastoriza y Vilarrodís y en la salida de la autovía, pero aún siguen siendo relativamente frecuentes las retenciones, en horas punta de entrada y salida, en los viales que desembocan en la rotonda y en los del propio polígono industrial. Quizás no sobrepasen mucho los quince o veinte minutos de espera, que podría ser un tiempo asumible si la demora no se produjese cuando los atrapados comienzan o terminan una jornada laboral. Menos de dos años después de la entrada en servicio de la rotonda de dos pisos, las administraciones ya no esconden que serán necesarias nuevas inversiones ¿Un túnel, quizás? La opción más barata de las que se bajaran no costará menos de cuatro millones de euros.

La movilidad es uno de los grandes retos y una de las asignaturas pendientes de las sociedades desarrolladas. En las ciudades sin duda, como a diario comprueban miles de ciudadanos que, desde cualquiera de los municipios del área limítrofe, tratan de acceder a A Coruña. Y como padecen también quienes se mueven por el interior de la ciudad, con una regulación todavía en fase de rodaje tras la peatonalización -parcial- de la Marina y la apertura del túnel del Parrote.

Los 50.000 vehículos que cada día laborable circulan en torno al polígono de Sabón se reparten ahora en una proporción de aproximadamente setenta/treinta entre los dos pisos de la nueva rotonda, que ya ha pasado, después de un año y medio en servicio, el período de prueba y adaptación de los automovilistas. Cuando hace casi una década se discutían alternativas para acabar con la congestión de ese punto se llegó a hablar de una rotonda de tres pisos e incluso de los posibles beneficios de eliminar el peaje para repartir los tráficos. Pero se ve que el problema está más allá de la rotonda.

Las molestias personales y la pérdida de productividad para las empresas de una de las áreas industriales de Galicia requieren soluciones.