Costas sanciona una barandilla

Antón S. Rodríguez BETANZOS / LA VOZ

BETANZOS

cesar delgado

14 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Este mes se cumplirán nueve años del derrumbe de un buen trozo de tierra al río Mandeo en Betanzos. Las lluvias de febrero del 2007 dejaron a los vecinos de la zona fluvial con una fractura infranqueable en el camino de O Penso, una vía pedestre entre el puente del ferrocarril y Caraña de Abaixo.

El cambio de orografía ha significado también una situación de peligro para los paseantes que intentan acceder a sus viviendas y chabolos. Por eso, José Reyes, propietario de una pequeña bodega en esta curva del río con vistas al Malecón, decidió el año pasado colocar una barandilla. Así, donde termina el camino se alza un pasamanos de color azul chillón con una ramificación hacia las escaleras que bajan al río. El objetivo es ayudar a los caminantes y evitar episodios como el vivido por algún vecino que acabó en el agua.

Pero el altruismo le puede costar a José Reyes algo más caro que los 150 euros que abonó por la barandilla. Le acaba de llegar una multa de la Demarcación de Costas, que le sanciona con 300 euros. Fue en agosto del año pasado cuando un miembro de esta entidad estatal se dirigió a la obra y avisó de que debía retirarse. José Reyes lo consultó al día siguiente en el Ayuntamiento de Betanzos, donde asegura que le invitaron a continuar con la obra -versión que desmiente el equipo del alcalde-. De este modo, la barandilla acabó de instalarse y ahora José ha de hacer frente a una multa, con la que hace unos días regresó al Concello. Le dijeron entonces que recurriera, que podía incluso alegar que donde hoy ha colocado el pasamanos ya había otro de madera «totalmente legal». Como prueba, allí siguen tirados en una esquina los restos de aquella vieja barandilla. «Eu fixen un ben e múltanme», se queja una y otra vez José, resignado a abonar la sanción de Costas.

Otro de los deseos de José y de los vecinos es la recuperación del camino que se llevó el alud de tierra hace casi una década. Desde el Concello han estudiado varias posibilidades. Las más factible es la de desviar el trazado por una cota más elevada, dado el peligro del desnivel actual. «No seu momento intentei falar cos propietarios para chegar a un acordo e facer un acceso algo máis afastado», recuerda el concejal Antonio Vázquez Lorenzo pero no hubo posibilidad de acuerdo para la cesión o venta de terrenos.