Vecinos del casco histórico de Betanzos se resignan a vivir sin gas ni fibra óptica

Antón S. Rodríguez BETANZOS / LA VOZ

BETANZOS

Cesar Delgado

Las compañías renuncian a colocar estos servicios pese a la petición del Concello

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En pleno siglo XXI no todos tienen derecho a la fibra óptica ni al gas ciudad en una misma urbe. Depende de la voluntad de las compañías cuando son reclamadas por los ayuntamientos con el aviso de que van a abrir una zanja. Es una mera cuestión de sinergia: se levanta una calle para cambiar la canalización y se intenta aprovechar que durante unas obras se instale el mayor número de servicios posible para los vecinos.

En la rúa do Pinche, en pleno casco histórico de Betanzos, afrontan ya el epílogo de las obras que comenzaron a principios de año. Bajo las nuevas losas discurre ahora una renovada canalización de saneamiento. Y nada más. El Ayuntamiento no ha tenido suerte en esta ocasión. Y mucho menos los vecinos de esta calle que une dos importantes arterias del casco histórico como son las rúas Travesa y Cerca. «Necesitamos la fibra óptica y nos hemos quedado sin ella», se queja María, una joven que vive aquí con sus abuelos. «Esto es un atraso, con esa instalación tendríamos más oportunidades, yo quería instalar R y ahora será imposible, tengo contratado otra compañía y no va nada bien», se queja María. Su misma suerte la corren el resto de viviendas, algo más de veinte familias.

Para el próximo año está previsto que la rúa de Cerca, famosa por albergar la casa Gótica y otros emblemáticos inmuebles, también será abierta en canal para la misma acometida pero, esta vez sí, el Concello parece haber conseguido que otros servicios se introduzcan en las entrañas de esta vía.

El concejal de Obras, Antonio Vázquez Lorenzo, relata una serie de colisiones con las grandes compañías por esta causa. «Cando temos a documentación da obra xa preparada remitimos a outras empresas para que aproveiten para colocar nela os seus recursos -relata el edil de Betanzos-, e na rúa do Pinche non estaban interesados. Nós insistimos, pero non fixeron caso». A punto estuvo de ocurrir lo mismo con la Cañota, una obra mucho más sensible por la repercusión en el tráfico de Betanzos. El Concello se puso farruco entonces, especialmente con la compañía de gas, ya que le interesaba a varios hosteleros. «O alcalde chegou a ameazar á compañía, invitounos a aplicar o sentido común, a meter nese momento a súa canalización ou... en fin, digamos que cando quixeran facelo máis adiante noutras zonas ían ter máis problemas burocráticos», explica Vázquez Lorenzo.

Un caso surrealista

Recientemente en la calle Alexandre Bóveda, en la zona nueva, este concejal se encontró con la desagradable sorpresa de que Gas Natural pidió meter sus tuberías dos meses después de acabar la obra de canalización. «Evidentemente dixémoslles que non, que non é de recibo... non imos andar furando a mesma rúa dúas veces no ano», explica.

No obstante, todo es mucho más sencillo fuera del casco histórico. Aquí las obras exigen la presencia de un arqueólogo, la demora de los trabajos es mayor por culpa de unas piedras y piezas que se retiran para volver a ser colocadas en el mismo sitio. De este modo, la Administración local se encuentra con otro serio contratiempo en su cruzada para invitar a repoblar el casco histórico de Betanzos.