Condenado a 5 años por atracar a un taxista en Cambre, clavarle un cuchillo y huir en coche a Ferrol

a. mahía A CORUÑA / LA VOZ

CAMBRE

22 abr 2017 . Actualizado a las 12:45 h.

José Manuel R. F. estaba en prisión en el 2016 cumpliendo varias condenas por atracos. Su buen comportamiento le fue premiado con un permiso de fin de semana. Podría haberlo pasado en familia celebrando esas horas de libertad, pero no. Volvió a las andadas. Y más violento que nunca. Tomó un taxi en Cambre y pidió que lo llevasen a Alvedro, en un descampado le puso al conductor un cuchillo al cuello, se lo clavó y se puso al volante. Llegó a Ferrol y al verse perseguido por la policía, protagonizó una espectacular persecución por las calles de esa ciudad. Hasta que perdió el control del vehículo y colisionó contra el muro de Navantia. El mes pasado fue juzgado por ello y reconoció los hechos. Acató una condena de 5 años de prisión como autor de un delito de robo con violencia y otro de conducción temeraria.

Herida en el cuello

Los hechos sucedieron el 13 de junio del 2016. El ahora condenado tomó el taxi en una parada de O Temple (Cambre), pidiéndole al taxista que lo llevase a Alvedro. Poco antes de llegar, el delincuente, que iba en el asiento trasero, le puso al conductor un cuchillo al cuello y le ordenó que se echase al arcén y le entregase todo el dinero que llevase encima. El hombre no opuso resistencia y dejó la recaudación en el asiento del copiloto. «Ahora bájate», le ordenó el malandro, cosa que hizo el conductor. Pese a acatar todas sus órdenes, recibió una puñalada en el cuello. Afortunadamente, poco profunda.

Entonces, el ahora condenado puso rumbo a Ferrol. Como el vehículo contaba con un sistema de seguridad con GPS, la policía pronto lo localizó. Siguiendo sus pasos, dieron con él en el paseo de la Marina de Ferrol. Un coche patrulla le hizo luces y el individuo aceleró. Comenzó entonces una persecución por las calles del centro de Ferrol, llegando a poner el coche a 100 kilómetros por hora. Circuló por dirección prohibida y se saltó varios semáforos hasta empotrarse contra el muro del astillero Navantia.