Afectados por el derribo del muro de la conservera Celta siguen sin piso

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

CARRAL

Alberto Mahía

El Ayuntamiento solo realojó a tres familias desde la demolición; otra se va hoy a una vivienda en Carral

19 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el gobierno de La Marea se hizo con la alcaldía anunció que una de sus prioridades era realojar a las 43 familias que malvivían en el poblado chabolista de la conservera Celta, uno de los tres que resisten en la ciudad junto al de As Rañas y O Portiño. Nada más tomar posesión del gobierno, cambiaron a todos los empleados de Servicios Sociales que habían trabajado con los gobiernos socialistas y del Partido Popular; pusieron unos nuevos, un proceso que se alargó durante un año, tiempo en el que no se produjo ni una sola reubicación de chabolistas.

Al año siguiente, en el 2016, el Ayuntamiento destinó una partida de 70.200 euros para el plan de erradicación del chabolismo. Pero no se gastaron, si bien en esa etapa una de las familias pudo mudarse a un piso. En consecuencia, los dos primeros años de gobierno, de las 43 existentes, solo una fue reubicada en un barrio de la ciudad.

Este año, en cambio, el Plan de acceso a un hábitat digno ha conseguido realojar a tres familias. En los barrios de Eirís y los Castros. Hay una cuarta que hoy se mudará a una vivienda en Carral.

Sin embargo, el ritmo de realojos no parece frenético si tenemos en cuenta las palabras de los chabolistas. Ayer mismo, tres de las familias a las que en abril se les dijo que su mudanza sería cosa de días, continuaban haciendo la comida en una destartalada caravana sin ruedas rodeada de basura. Y sin noticias.

A una de ellas, que en abril perdió su chabola en un devastador incendio, se le pidió que «esperara unos días, que me ayudarían con un piso», recuerda Antonio. Ayer, este hombre, continuaba viviendo de prestado en el chamizo de un pariente.

Pegados al muro

Hay otro Antonio al que también le prometieron una vivienda de manera inminente y ahí continúa. Este residente y su esposa formaban una de las cuatro familias que residían pegadas al muro de la nave derribada el pasado 7 de mayo. Meses antes les pidieron que abandonasen la zona para permitir la demolición, anunciándoles que serían los primeros en beneficiarse de un piso. Pero solo dos de esas cuatro unidades familiares viven a día de hoy en uno. Las otras se cambiaron de emplazamiento dentro del poblado.

El próximo en irse será el matrimonio formado por Juan y María. Tienen una hija de dos años y otra en camino. Ayer se les veía felices. Tras toda una vida en el poblado de la conservera Celta, su futura hija ya nacerá en un lugar digno, pues se irán a un piso en Carral, que es donde Juan quería residir. «Estamos muy contentos. Sobre todo por ella (señalan do a su hija) y la que viene».

El gobierno local prometió que reubicaría a 20 o 30 al año y solo lo hizo con cinco

«Faise unha estimación de entre 20 e 30 familias coas que sería posible traballar cada ano para a consecución dunha alternativa habitacional, e polo tanto causar baixa no plan, considerando que se poda comezar a traballar no ano 2016; estaríase a falar entón de entre tres e seis anos de duración mínima do plan». Así plasma el Plan de acceso ao hábitat digno sus objetivos para cambiar la situación de los tres asentamientos precarios de la ciudad, entre los que destaca, por las malas condiciones de vida, el de A Pasaxe.

El plan, elaborado por el Ayuntamiento y Arquitectos sen Fronteiras, realiza un minucioso repaso del estado de los tres núcleos y contaba con empezar el año pasado los trabajos para los primeros realojos.

El documento recoge que en la ciudad viven en esas condiciones 129 familias o unidades de convivencia y cuenta con sacar de esos lugares a entre 20 y 30 al año. Solo van 5.

Acciones paralelas

El plan del consistorio también incluía acciones paralelas a la búsqueda de viviendas para esos colectivos, como itinerarios de formación personalizados para la búsqueda de empleo y otras actuaciones encaminadas a mejorar la inclusión social, con propuestas laborales adaptadas a las características de cada persona.