El CIM de Coirós detecta una subida de los casos de violencia machista

Toni Silva COIRÓS / LA VOZ

COIRÓS

Raquel Montero, directora del CIM de Coirós
Raquel Montero, directora del CIM de Coirós atr

Actualmente trabajan con 130 usuarias. «Llegan mujeres de muchos municipios, como Oleiros», dice la directora Raquel Montero

13 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El cambio de año es momento de balances. También en el Centro de Información á Muller (CIM) de Coirós, donde han visto crecer el número de casos de violencia machista así como las demandas de información de todo tipo para la resolución de conflictos de pareja. En estas oficinas de un pequeño municipio de apenas 3.000 vecinos conocen muy bien los problemas derivados de la educación machista de buena parte del área metropolitana. «Aquí vienen víctimas de Oleiros», señala Raquel Montero, directora del CIM de Coirós desde el 2007. No es extraña la procedencia. Además del de A Coruña, solo hay centros como este en Arteixo y Curtis.

Volvamos al cambio de año. Raquel y su equipo han visto una tendencia al alza en casos de violencia machista. «Tampoco es que se haya duplicado pero sí ha crecido un poco con respecto al año anterior», explica. El 80 % de las mujeres que cruzan el umbral lo hacen por haber recibido algún tipo de daño de su pareja. Actualmente tienen 130 usuarias, algunas demasiado jóvenes, incluso menores. «Cuesta entender que, con toda la información que hay hoy en día, muchas chicas sean acosadas por sus novios, las agobian cuando no están con ellos, les exigen que les envíen una foto de dónde están a cada hora, les controlan la ropa que se visten...», dice Montero, quien, pese a estos episodios que hablan de una involución en la lacra machista, también ve que se han dado pasos muy positivos, especialmente en la educación de los niños, para ella «la clave más importante para reducir este grave problema».

A veces una víctima de Betanzos opta por acudir al CIM de Curtis y una de Curtis venir al de Coirós, buscan el anonimato»

Pero recuerda que aún queda mucha lucha, porque de poco sirve si esos programas educativos en colegios luego no se acompañan con comportamientos idóneos por parte del progenitor. «Vemos que muchos niños están viviendo situaciones terribles a las que no deberían ni asomarse», señala la directora del CIM de Coirós, que ha visto crecer la demanda del servicio de psicología de su centro. «Cada vez nos piden más una cita con la psicóloga, cuando llega un caso en caliente tenemos que mover todas las citas porque es prioritario, pero sí, quien más quien menos necesita hablar con ella», analiza Raquel Montero, que trabaja mano a mano con el equipo de Viogén de la Guardia Civil de Betanzos, que remite a todas las víctimas al CIM. «Al nuestro o a otros, algunas mujeres prefieren discurrir por este proceso de forma anónima, así a veces una víctima de Betanzos opta por acudir al CIM de Curtis y una de Curtis venir al de Coirós», señala la directora de este centro dependiente de la Secretaría Xeral de Igualdade, dentro de la Consellería Promoción, Emprego e Igualdade. Otra prueba del incremento de la violencia machista son las altas que han registrado en el servicio Atenpro, una vía telefónica para atención y protección de víctimas. Actualmente en Coirós hay 20 cubiertas con este programa. «Nunca tuvimos tantas».

Este CIM da preferencia a las mujeres empadronadas en Coirós, Oza-Cesuras, Paderne, Aranga y Betanzos, con los que tiene un convenio. «Pero atendemos a mujeres de muchos municipios, llegan de Pontedeume, de Bergondo, de Oleiros, es un servicio que también funciona por experiencias que se cuentan unas mujeres a otras, el boca a boca, poco tiene que ver con lo que costaba venir aquí cuando comenzamos, hoy el propio 016, el teléfono de las víctimas de violencia machista, ya te informa al momento del CIM más cercano», comenta Raquel quien, además de una psicóloga, cuenta en su equipo con una abogada y una agente de Igualdad del Concello de Coirós. «Intentamos crear un ambiente de confianza, de acompañamiento en todo el proceso, también con los menores, que no debemos olvidar como víctimas», sentencia Montero.