Por qué las fusiones entre municipios no arrancan? ¿Tendrá que ver en esto la falta de consenso en el reparto de la tarta por parte de un puñado de interesados? El ciudadano anónimo pide cordura, decisión y poco más.
La reorganización del mapa municipal es una cuestión de ámbito nacional y que presenta diversas intensidades según cada región. Sin embargo, la principal batalla en esta contienda nace en los municipios de menor tamaño. Por lo tanto, si el Gobierno no fuerza las fusiones, a imitación de otros países, poco o nada cambiará.
La población poco aporta sin una contextualización adecuada. Valorar el coste económico global del proceso de unión, analizando qué servicios prestarán y cómo los financiarán, es fundamental para decidir. En caso contrario, la gestión será caótica. Así mismo, diseñar un conjunto de impuestos propios que cubran gran parte de sus necesidades también será otra de las cuestiones a debatir abiertamente.
La fauna política solo dejará de resistirse tercamente cuando no vean peligrar sus intereses y generosamente renuncien al mayor control que da la fragmentación del territorio y al uso descontrolado del clientelismo. Por desgracia, los usos y las costumbres se arraigan y luego el proceso de purgación es especialmente doloroso, y a veces imposible.