La Marina y el Parrote, la ciudad frente al mar

Isabel Aguirre TRIBUNA ABIERTA

A CORUÑA CIUDAD

30 may 2016 . Actualizado a las 13:23 h.

Rescatar el espacio público de la dominación del tráfico rodado ha sido durante los últimos años una aspiración de muchas ciudades. En esa línea, A Coruña apostó en su día por aparcamientos subterráneos, que no alejan el tráfico como lo harían los disuasorios a la entrada de la ciudad con un servicio público de transporte eficaz, pero que cuando menos han permitido la peatonalización de algunas calles. Desviar el tráfico y crear un nuevo aparcamiento han dotado a los ciudadanos de un nuevo espacio público de enormes dimensiones: la Marina y el Parrote. La esencia del espacio público ha sido tradicionalmente la plaza: lugar de encuentro, con carácter social, mercado (especialmente en Galicia donde decimos «ir a la plaza» por «ir al mercado»), símbolo muchas veces de una ciudad.

La evolución de la sociedad y del urbanismo ha creado muchas variantes formales de plaza sin que por eso su esencia cambiase. Nuevos espacios de encuentro se fueron abriendo desde que en los siglos XVIII y XIX se crean los bulevares: grandes avenidas derivadas en su mayoría del derribo de las murallas, de las que toman el nombre: boulevard (francés) o bolwerk (neerlandés) que significan «bastión», «baluarte» o «defensa». Esta evolución de los grandes espacios urbanos desemboca hoy en un tipo nuevo del que puede ser un buen ejemplo el conjunto de Marina y Parrote, por cierto, relacionados también con la antigua muralla, un espacio que tiene el privilegio de tener como límites la fachada urbana de las galerías y el mar. Nuevos espacios urbanos en los que desarrollar actividades propias de la nueva sociedad del ocio, que busca relacionarse con la naturaleza incluso en entornos urbanos y pasear, caminar, estar y comunicarse. Facilitar estos usos es fundamental para que la ciudadanía sienta como propio un nuevo espacio. El enorme espacio ganado para los ciudadanos en la Marina y el Parrote habría de ser más verde, tener más zonas de descanso y de sombra, permitir fácilmente acercarse al agua y ¿por qué no?, bañarse.