La suma de las aportaciones de la Xunta y los estudiantes apenas cubre los gastos
25 sep 2016 . Actualizado a las 19:54 h.Está entre las universidades que menos reciben, las que menos gastan y las que sin embargo obtienen mejores resultados o cuando menos similares a la media en España. El último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) pone de manifiesto la eficiencia de la UDC, que en el 2015 fue la que menos dinero recibió en concepto de matrícula (tasas y precios públicos) de las 47 instituciones públicas estatales (855 euros por alumno) y la 32.º del ránking en ingresos por transferencias corrientes, que son las aportaciones de fondos públicos procedentes de la Administración autonómica y la principal fuente de financiación de las universidades. Exactamente 4.895 euros por estudiante ingresó de la Xunta en el año 2015, frente a los 6.400 de Santiago y los 6.200 de Vigo, ambas en el grupo de las diez españolas que más dinero absorbieron. «Xa no plan de financiamento do ano 2004 establecérase un fondo de nivelación para as tres universidades galegas, pero máis de dez anos despois na Coruña non só non converxemos senón que a fenda con Santiago e Vigo aumentou», subraya Anxo Calvo, decano de la Facultade de Economía y entonces vicerrector de Economía e Planificación Estratéxica.
La UDC no está endeudada, de manera que su exiguo nivel de ingresos va a la par de los gastos y por eso el informe recoge un desembolso en el curso 2014-2015 de 6.173 euros por alumno, lejos de los 8.200 que le dedica la USC (la octava en España) y algo menos que los 6.760 euros asignados en Vigo a cada estudiante matriculado. En lo alto de la tabla, la Universidad del País Vasco corona la inversión estatal con 9.600 euros por alumno, seguida de la Politécnica de Cataluña.
Y como en las cuentas domésticas, de la relación entre gastos e ingresos depende la capacidad, o incapacidad en este caso, para el ahorro. Solo seis universidades (entre ellas, Granada) presentan un índice de ahorro bruto más pobre que A Coruña, desfondada con una tasa negativa del 6,8 %. Y esto implica, según el informe, «no solo falta de capacidad para generar recursos que sirvan para realizar inversiones, sino dificultades para financiar el normal funcionamiento de la entidad». El decano Anxo Calvo lo expone con claridad meridiana: «Nós o que dicimos é que co que nos dan non nos chega nin para cubrir o noso gasto corrente. Esa é a nosa demanda histórica».