Treinta días de alegaciones en el trámite final para construir el nuevo oleoducto

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

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Repsol afronta con la exposición del proyecto el último paso para el traslado

25 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto constructivo de las obras del nuevo poliducto que unirá la refinería y el puerto exterior -y que permitirá sacar del actual el 40 % de los líquidos que por él circulan- está desde ayer a exposición pública en el último paso previo a que la empresa pueda iniciar las obras.

La Consellería de Industria tiene el proyecto a disposición de quién quiera consultarlo en su delegación de A Coruña, y da un plazo de 30 días para que quien lo considere presente alegaciones al trazado y la obra del poliducto. La actuación global que prevé desarrollar Repsol en Langosteira consta de tres partes, una de ellas es el pantalán para petroleros, que tiene un presupuesto de 36,5 millones de euros, y otra corresponde con los trabajos de adaptación a las nuevas canalizaciones dentro de la propia refinería.

Esas dos últimas partes cuentan ya con todos los permisos de Xunta y Estado y tan solo el poliducto, por su afectación a una línea de 3,8 kilómetros, tiene que lograr la declaración de impacto ambiental. Pasado el plazo de un mes, la Xunta responderá a las alegaciones y firmará esa declaración dando luz verde a la petrolera para iniciar unas obras que, en global y como máximo, cuentan con un plazo de ejecución de 28 meses, si bien el poliducto, específicamente, suma diez menos (18) y es posible que los tiempos se acorten con actuaciones en paralelo.

Las tuberías ocuparán una cinta de 10 metros de ancho, con otros cinco a cada lado de servidumbre que deberán mantenerse despejados. Se instalarán once tubos de los que dos entrarán en funcionamiento en cuanto se acaben las obras, sustituyendo a los otros dos que actualmente transportan crudo desde San Diego. El resto quedará listo para culminar, en un futuro todavía sin fecha marcada, el resto del traslado de las instalaciones de Repsol desde los muelles urbanos hasta los de Langosteira.

El BOP publicaba ayer también el listado de las 170 fincas que se prevé expropiar -si no se alcanza un acuerdo previo con los dueños, que es la intención de la multinacional- y que en su totalidad son prados y monte bajo. La Xunta declarará la utilidad pública de la obra para poder ocupar el suelo de modo inmediato y así comenzar con los trabajos.

 La de Repsol será una de las mayores inversiones privadas que se lleven a cabo en la ciudad en años. Durante las obras, se crearán hasta 280 empleos en los momentos de mayor trabajo. La compañía, además, se llevará a Langosteira el próximo mes de enero todos los tráficos de graneles sólidos que aún mantenía en los muelles interiores. Así, el coque en sus distintas variedades y el azufre desaparecerán también de la ciudad.