Objetivo: el PSOE fuera del tablero

Carlos Agulló CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

29 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las propuestas centrales del documento aprobado por la gestora del PSOE para su 39.º Congreso es combatir el «populismo destructivo» que, afirman, representa Podemos y, por extensión, las mareas. Destructivo, dicen, para las bases del sistema democrático construido con consenso y sacrificio tras la dictadura. Pero también, aunque el documento no lo exprese, destructivo para el propio Partido Socialista, como ponen de manifiesto acontecimientos recientes y cercanos. Si quedaba en Ferraz alguna duda sobre los propósitos de esas fuerzas en relación con el PSOE no tenían más que volver la mirada hacia A Coruña.

La decisión, abrupta y anunciada en el tiempo de descuento, de la Marea Atlántica de romper el preacuerdo que tenía con los socialistas para poder aprobar el presupuesto municipal de este año es el último episodio de un largo rosario de desplantes que comenzaron el mismo día que los seis concejales del PSOE en María Pita levantaron su mano para hacer alcalde, sin condiciones, a Xulio Ferreiro. ¿Ingenuidad¿ ¿Irresponsabilidad? ¿Error estratégico? El tiempo va diciendo cuánto hay de cada ingrediente, pero de lo que no parece haber dudas es de que, a cambio de aquel apoyo en el pleno de investidura, los socialistas coruñeses están recibiendo, golpe a golpe, una respuesta que solo persigue expulsarlos del tablero.

El instinto político depredador de la Marea olió la sangre que mana de la herida de los socialistas. Arrastran cicatrices sin cerrar por los peores resultados electorales (seis concejales) y llagas supurantes de una crisis interna que, de momento, ha llevado a la disolución de la ejecutiva local. Presa fácil -y por momentos parecía que entregada- para quien ve la ocasión de hacerse con el dominio total del territorio. Así se explica el rocambolesco episodio de esta semana. La Marea rompiendo la baraja con argumentos que a duras penas logran esconder el objetivo: al PSOE, ni agua. Tampoco el lamentable telón de fondo: antes los intereses estratégicos del partido en construcción que lograr mayorías que desatasquen la ciudad. La última encuesta de Sondaxe (La Voz, 15 de enero) revela que entre la población cunde la idea de inoperancia del gobierno local y falta de ideas. Pero la Marea, electoralmente, resistiría, con una oposición estancada (PP) o hundida (PSOE).

Desprecio como respuesta al apoyo en la investidura, portazo cuando intentó entrar en el gobierno y plantón cuando había acuerdo sobre los presupuestos. El voluntarismo se agotó y los réditos del apoyo sin condiciones no aparecen. Ni para los socialistas ni para la ciudad. Con el mandato casi en el ecuador, urge que el PSOE local encuentre su sitio.