Técnicos municipales y del puerto reponen el alumbrado de la dársena

Técnicos del Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria deshicieron ayer el enredo político que desde hace dos semanas bloqueó la intervención en la dársena para corregir los fallos observados tras la muerte de dos personas ahogadas con menos de cuatro semanas de diferencia. A la caída de la noche, el tramo que va del frente de la Marina al aparcamiento del Náutico, uno de los dos en los que se confirmaron deficiencias de alumbrado y el más vulnerable por su cercanía al centro de ocio, apareció enteramente iluminado por la línea de farolas led situada a 15 metros del cantil y, por primera vez en meses, por una hilera de regletas a ras de suelo que funcionan como balizas a pocos centímetros del muro perimetral y que a diferencia del tramo que discurre paralelo a las galerías allí permanecían fuera de servicio.

Aproba

ción tácita

Reforzar la iluminación fue una de las primeras soluciones planteadas por especialistas y ciudadanos que frecuentan la dársena para un problema que la mayoría ciñe a las horas nocturnas, de acuerdo con las circunstancias en que se produjeron los dos accidentes y la ausencia de percances durante el día. Ni el Ayuntamiento ni la Autoridad Portuaria, sin embargo, atendieron la falta de luz hasta el martes. Ese día un técnico municipal envió un informe sobre la situación del alumbrado a un técnico del puerto y, al amparo del respaldo tácito de los responsables de ambas instituciones, que manifestaron su voluntad de cooperación, se encarrilaron los trámites para desbloquear el conflicto.

También delante del Náutico empezó a clarificarse el asunto después de que la Autoridad Portuaria amenazase la víspera a la concesionaria con iniciar un proceso sancionador si en el plazo de diez días no restablecía el servicio de las tres farolas que deberían iluminar el aparcamiento donde cayó Mateo González. Un electricista comprobó por la mañana la instalación de las tres luminarias, conectadas a la red de alumbrado del puerto, y a primera hora de la noche solo una continuaba apagada.

Intervención más compleja requerirá la propuesta inicial del gobierno local para reforzar la seguridad mediante un banco corrido de 300 metros, asentado a 3,5 metros del cantil, con intervalos vacíos que dejen espacio para las maniobras portuarias. El Ayuntamiento hizo llegar el lunes el proyecto al organismo estatal -titular del suelo comprendido dentro de la franja de 20 metros afectada por la servidumbre de protección del dominio público marítimo terrestre-, que autorizó la instalación sin perjuicio de otros permisos que precise. El de Patrimonio, que informará sobre una actuación en uno de los espacios más sensibles de la ciudad, será definitivo.

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