La denuncia de un vecino hace callar las campanas del reloj de la Fábrica de Tabacos

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Están buscando un sistema que las silencie por la noche

18 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de la Palloza llevan toda la Semana Santa preguntándose qué les pasa a las campanas del reloj de la Fábrica de Tabacos, que desde antes de su reinauguración como sede judicial habían vuelto a componer la banda sonora del barrio y a marcar los tiempos laborales y de ocio de los residentes, y que ahora permanecen enmudecidas desde hace días.

Este silencio que todavía perdura se debe a la denuncia de un vecino de la zona, que se quejó del trastorno que suponían los avisos cada cuarto de hora y las campanadas de en punto, sobre todo en horario nocturno. En base a esta denuncia se procedió a ordenar la anulación de las campanadas hasta nuevo aviso, para alivio del demandante y lástima de un buen número de habitantes de Cuatro Caminos que ayer solicitaban en el programa Voces de A Coruña de Radio Voz que volviesen las señales horarias. «Eran muy suaves, nunca me despertaron y eso que vivo ahí detrás. Daba vida al barrio. Un reloj de este tipo tiene que tener campanadas. Y con lo que debe haber costado su reparación, pues habrá que sacarle partido», comentaban ayer los vecinos.

Partido se le seguirá sacando en cuanto den con el sistema idóneo, el que mejor se adapte a un reloj de tan peculiares características como este, que permita realizar una parada nocturna, de modo que las campanadas volverían a sonar durante el día, pero a partir de las 22.00 horas descansarían -y dejarían descansar- hasta la mañana siguiente.

La misión es complicada dada la naturaleza del reloj, una pieza casi única, según los encargados de su restauración, Carlos y Jacobo Sánchez González-Dans, de Dans Relojeros, que llegaron a afirmar en Radio Voz que solo quedan unas cinco piezas de estas características, con su propio armario y en pleno funcionamiento.

Estos relojeros fueron los que llevaron a cabo la restauración de la oxidada maquinaria y su readaptación a los cambios del nuevo edificio, ya que la ubicación del reloj no es exactamente la original, para lo que tuvieron incluso que encargar réplicas de las pesas a una fundición de Ourense, y ahora deberán dar con el sistema que silencie las campanadas por la noche.

 

Un reloj centenario

El reloj fue fabricado en Estrasburgo a finales del siglo XIX, aunque no llegó a A Coruña hasta 1910, importado e instalado por un empresa madrileña. Los restauradores calculan que no deben de quedar más de cinco relojes de estas características.