El Ayuntamiento cree que puede realojar a todas las familias de A Pasaxe en dos años

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

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eduardo pérez / noelia rey

Los anteriores responsables de Servicios Sociales critican a la Marea por el cambio del equipo contra el chabolismo

29 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el asentamiento de la conservera Celta malviven 43 familias con 35 menores de edad. El objetivo del Ayuntamiento es que todas ellas estén completamente integradas en los distintos barrios de la ciudad cuando concluya su mandato dentro de dos años. El equipo de 9 personas que forma parte del Plan de acceso ao hábitat digno no lo hará «a golpe de talonario», según aseguró ayer el concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, sino dentro «dun proceso de inclusión social baseado en programas de acompañamento e seguimento co obxectivo de dotar a estas persoas a medio e longo prazo de autonomía».

A día de hoy, según el edil, cuatro familias del poblado de A Pasaxe ya cuentan con un piso en el que vivir y otras ocho lo tendrán pronto.

Estos primeros datos del desmantelamiento del asentamiento de la conservera Celta los proporcionó ayer Xiao Varela en el programa Voces de A Coruña que dirige y presenta Pablo Portabales en Radio Voz, que reunió a tres de los responsables políticos que combatieron el chabolismo en la última década. Estuvo la socialista Silvia Longueira, que capitaneó el largo, complicado y conflictivo desalojo de Penamoa, y el diputado del PP Miguel Lorenzo, que resolvió graves situaciones como las de la ocupación del edificio de A Moura y trabajó en los tres asentamientos que aún quedan en la ciudad.

Miguel Lorenzo mostró sus dudas de que el poblado de A Pasaxe pueda desaparecer en dos años. Por la «dificultad» que eso entraña, porque la Marea «cambió el equipo de Servicios Sociales que llevaba años trabajando en los asentamientos y que nosotros heredamos y mantuvimos», «externalizó» el plan de erradicación y «ni siquiera gastó toda la partida que había destinado a la eliminación de los asentamientos». Fue muy duro el diputado popular y concejal en el Ayuntamiento con el actual equipo de gobierno. Les critica que todo lo «improvisan» y que no hacen un trabajo previo en los barrios. Y recordó que en sus cuatro años al frente de Servicios Sociales realojaron a 31 familias de A Pasaxe.

Por su parte, la edila Silvia Longueira también quiso mostrar su incomprensión por el cambio del equipo municipal que llevaba muchos años trabajando en la erradicación del chabolismo. Más optimista que Lorenzo en cuanto al fin del poblado de A Pasaxe, si bien la socialista advirtió que «a esta enfermedad social que es el chabolismo no se le puede poner fecha de curación, que el trabajo es largo e intenso». Lamenta que se politice la cuestión, prefiere la lealtad institucional y reconoció que el trabajo posterior con los reubicados es complicado. «No podemos ser hipócritas. Nadie quiere a un gitano cerca de su casa», dijo.

Sor Eusebia pide «serenidad» y garantiza seguridad ante el proyecto Micasita

Ante el rechazo de muchos vecinos de Eirís al proyecto Micasita, el colectivo que lo impulsa, Sor Eusebia, hace un llamamiento a la «serenidad» porque lo único que se pretende «es ayudar a los que menos tienen y más necesitan». Y recuerdan que «desde el diálogo y la buena fe, todo es posible».

La oenegé recuerda que Micasita tiene como objeto dar una solución habitacional y sociosanitaria a las personas que viven, duermen y hasta mueren en las calles. A tal fin, contempla la construcción de 20 espacios de acogida, de 12 metros cuadrados cada uno.

Aseguran además que los residentes «gozarán de libertad total, pero bajo ningún concepto se consentirán actividades molestas y perturbadoras de la convivencia. En este sentido, estaremos atentos las 24 horas del día, los 365 días del año», indican.

Para la realización de su proyecto, el Hogar de Sor Eusebia va de la mano del Ayuntamiento, Xunta, técnicos e instituciones que trabajan con las personas que están en situación de exclusión. «Todos somos necesarios para dar una respuesta, eficaz y definitiva, a la más lacerante y extrema exclusión social», añade.

Por último, la institución benéfica «quiere compartir el proyecto con todos los coruñeses, sin exclusiones ni imposiciones. Desde el respeto, la tolerancia y el debate sereno y enriquecedor. Todos somos necesarios para dar una respuesta eficaz».