Los réditos electorales de la falta de entendimiento

Carlos Agulló Leal
carlos agulló A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

17 may 2017 . Actualizado a las 19:28 h.

El paso del ecuador del mandato municipal deja una cosa clara: el suspenso que los ciudadanos otorgan al alcalde no lo rentabiliza la oposición ni presagia un cambio de rumbo. Si la tendencia marcada en los dos últimos años se mantiene en la segunda mitad puede consumarse la paradoja de que Xulio Ferreiro retenga el bastón de alcalde -con más apoyos, incluso- pese a que la nota que le ponen los votantes cae a medida que aumenta su proyección pública. La convulsa primera parte del mandato se ha caracterizado por una ausencia contumaz de entendimiento entre las fuerzas que podrían sumar una mayoría que aportase estabilidad. Un disenso que, a la vista de los datos de las dos últimas encuestas realizadas por Sondaxe, parece consecuencia de una estudiada estrategia de La Marea (no le va mal ese enredo de ahora te quiero ahora te repudio que se trae con el PSOE) para seguir en su minoría absoluta. Un camino elegido que le estaría dando algún rédito electoral al partido del alcalde, pero a costa de mantener a la ciudad en una vía de marcha lenta y repleta de obstáculos. Por segundo año consecutivo, y con la experiencia de una paupérrima ejecución de la inversión y sus consecuencias en el dinamismo de la ciudad, el presupuesto entra en vigor con mucho retraso.

 El PSOE, que con demasiada frecuencia a lo largo de estos dos años se ha presentado como víctima de maniobras y deslealtades, no puede eludir su parte de culpa en este proceso en el que está siendo engullido por la Marea. Los seis concejales socialistas sumaron sus votos a los diez de la Marea para que Xulio Ferreiro fuese investido alcalde. Y desde entonces, el PSOE ha dado muestras de una deriva errática, siempre pendiente de encontrar su sitio en el panorama político local. A la postre, de nada ha servido que formalmente haya retirado su apoyo al alcalde en la cuestión de confianza del mes de febrero. Y lo está pagando.

Al otro lado del arco municipal, el PP parece estar empezando a despertar del letargo en que quedó sumido tras haber perdido la alcaldía y de haberse quedado con el título de primer fuerza solo por un puñado de votos. Si en la anterior encuesta seguía estancado en los diez concejales pese a ganar casi tres puntos en estimación de voto, sube ahora a los once ediles con la conselleira Beatriz Mato como candidata in pectore. Insuficientes para recuperar la alcaldía, aun contando con el hipotético apoyo del concejal que rascaría Ciudadanos. Pero el centro y la derecha se aferran a la esperanza de lo que pueda dar se sí la baza electoral de Feijoo para A Coruña y a que se consolide un dato que arroja la encuesta: si hace dos años la correlación izquieda-derecha en el pleno municipal era 17 a 10, ahora es 15-12.

Se conforma un espacio para unas alianzas necesarias, aunque hasta hoy están inéditas. Incluso para las que solo serán posibles cuando los partidos pierdan complejos ideológicos. Con el resultado de la encuesta, un PSOE enclenque tendría en su mano, si resiste lo que queda de travesía, la llave para el desempate.