Otro accidente certifica la urgencia de la ampliación de Alfonso Molina

Xosé Gago / Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EMILIANO MOUZO

Un choque en el desvío a los Maristas provocó retenciones durante más de una hora

02 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los conductores que ayer se dirigían al centro de la ciudad por Alfonso Molina sufrieron más de un ahora de atascos por un accidente sin heridos entre un turismo y un autobús. Ocurrió poco antes de las ocho de la mañana, en el desvío hacia el centro educativo de los Maristas.

Se trata de uno de los puntos negros de la avenida, que el Ministerio de Fomento prevé solventar con su plan para ampliar y mejorar la seguridad en la vía.

Los atascos ocurridos ayer no son nada nuevo. Alfonso Molina es la vía con mayor densidad de tráfico de Galicia, y una de las de mayor ocupación de todo el país.

Los accidentes se producen de forma frecuente, y las retenciones les suceden de inmediato. Solo unas horas antes del percance de ayer, el miércoles por la tarde, el accidente sufrido por un camión que transportaba troncos en la rotonda de A Pasaxe también provocó un embotellamiento.

Ese patrón se repite desde hace décadas. Los puntos más conflictivos de la avenida, además del citado desvío hacia los Maristas, son los enlaces con la AP-9, la universidad y el polígono de Pocomaco. Todos ellos están incluidos en el plan de reforma de Fomento, que prevé la implantación de un carril extra en cada sentido de la circulación para facilitar esas incorporaciones.

Es una incógnita cuándo se ejecutará la reforma. De acuerdo a los presupuestos de este año, los trabajos deberían comenzar en los próximos meses, ya que este año se espera invertir 2,5 millones en las obras. En total, Fomento prevé gastar 12,5 millones en la reforma hasta el año 2021.

Pero es muy improbable que ese calendario se cumpla. El ministerio todavía no ha presentado el proyecto definitivo, aunque se espera que lo haga durante este mes, y aún quedará una larga serie de trámites administrativos.

Sin embargo, las obras gemelas a la mejora de Alfonso Molina -la ampliación del puente de Rande en Vigo y los accesos a Santiago- ya están en desarrollo.

La reforma en A Coruña se ha visto retrasada por las reticencias del gobierno local de la Marea, y después del pleno con el respaldo del PSOE y el BNG, al proyecto presentado por el Ministerio de Fomento, aunque los socialistas llegaron a exigir que se acelerase en el anterior mandato, cuando el PP, que prometió iniciar las obras en el 2015 y no fue así, gobernaba María Pita.

Tras la votación plenaria, Fomento aceptó negociar el plan, aunque tras más de un año de conversaciones el gobierno local aceptó la mayor parte de su planteamientos, incluyendo el cuarto carril. El Ayuntamiento debía hacer aportaciones para mejorar los márgenes de la vía. No las presentó hasta febrero de este año.

Todo indica que los atascos de siempre seguirán durante años.

Los accesos a la ciudad se quedan atrás en relación con Santiago y Vigo

Alfonso Molina es la principal conexión viaria de A Coruña con el resto de Galicia. Su equivalente en Vigo es el puente de Rande, mientras que Santiago cuenta con una serie de circunvalaciones. Pero mientras los accesos de la capital gallega y el de la ciudad olívica están siendo mejorados para adaptarlos a las necesidades de circulación actuales y futuras, los de A Coruña continúan como en los 80, cuando ya se advertía la necesidad de ampliar la avenida para evitar los ya habituales colapsos del tráfico.

Los técnicos de Carreteras de Fomento consideran que la avenida está casi al límite de su capacidad. En el 2015 llegó a soportar el paso diario de 120.000 vehículos, y se registraron picos de 132.000. Las cifras se redujeron durante el año pasado, pero esa calma relativa no durará mucho.

La recuperación económica también está llevando aparejado un aumento de los desplazamientos por carretera, y Fomento cree que a medio plazo el tráfico en Alfonso Molina aumentará. Sus cálculos se basan en un previsible aumento de la población en los municipios del área metropolitana, que seguirá teniendo A Coruña como su principal centro económico y de servicios.

Para mantener la avenida viable, Fomento planteó la ampliación a cuatro carriles en parte de su trazado, una reforma que también permitirá después ampliar el puente de A Pasaxe, otro de los nudos claves de la zona.

Mientras esas obras no se completen, A Coruña carecerá de unos accesos capaces de competir con los de Santiago y Vigo, que ya han iniciado la adaptación al tráfico del siglo XXI.